Después de algunas pruebas y variaciones éste es el resultado: unos raviolis elaborados con una masa neutra (sin azúcar) rellenos con una mezcla de peras y avellanas caramelizadas con mascarpone, hervidos en leche aromatizada con canela y anís estrellado y acompañados con una sencilla salsa de chocolate. No te podrás comer solo uno...
Ingredientes
Para la masa (de 8 a 12 raviolis en función del tamaño)
100 gr de harina
1 huevo
Para el relleno
300 gr de peras
25 gr de azúcar
1/2 vaina de vainilla
50 gr de avellanas
3 c/s de mascarpone
Para aromatizar y servir
500 ml de leche
1 ramita de canela
1 pieza de anís estrellado
chocolate negro
Preparación
La masa
Usar los huevos a temperatura ambiente. Colocar la harina formando un volcán sobre una superficie cálida o en el interior de un bol. Romper el huevo en el centro. Batir con ayuda de un tenedor hasta que se mezclen la yema y la clara. Incorporar gradualmente la harina al huevo, hasta que ya no esté líquido. Con las manos poner la harina restante sobre la mezcla de modo que quede completamente cubierta. Comenzar a trabajar la masa con las manos hasta que la harina quede totalmente mezclada con el huevo. La masa debe estar húmeda, pero no pegajosa, incorporar más harina si es necesario. Limpiar los restos de harina que queden en la superficie de trabajo y en las manos, y seguidamente amasar la mezcla durante unos minutos hasta que este uniforme y muy suave, en este momento será cuando la envolvamos en film transparente y la dejaremos reposar en la nevera como mínimo una hora.
El relleno
Pelar y cortar las peras en dados de tamaño pequeño. Picar las avellanas en trocitos pequeños.
En un recipiente al fuego colocar el azúcar y hacer un caramelo oscuro, con cuidado de que no se queme. Añadir los dados de pera, las avellanas picadas y la vainilla. Mezclar e ir removiendo durante unos 5 minutos. Retirar del fuego, estirar en una fuente para que se enfríe y reservar.
En un bol colocar la mezcla caramelizada y añadir el queso mascarpone, mezclar y reservar.
Los raviolis
Una vez la masa ha reposado aproximadamente una hora, proceder a estirar la masa. Se puede hacer manualmente con un rodillo pasándolo sucesivamente hasta que quede una superficie muy fina. Para que no se pegue al rodillo durante el proceso de estirado, hay que enharinarla ligeramente tantas veces como sea necesario. La otra opción para el estirado, más cómoda y eficaz, es usar una máquina de hacer pasta, que es el método que hemos utilizado en esta ocasión.
Cuando, a mano o a máquina, la tengamos del grosor deseado, colocar una porciones de la pasta de relleno en una lámina de pasta, pintar los bordes con agua y colocar otra lámina encima. Ir formando los raviolis con cuidado de no romper la pasta. Con la ayuda de cortador (o en su defecto un cuchillo y un tenedor), cortar y sellar los bordes de los raviolis, y ya están listos! Otra opción es utilizar alguno de los moldes que existen en el mercado para facilitar esta tarea, sobre todo si se hacen grandes cantidades.
Colocar un cazo al fuego y calentar la leche. Añadir una ramita de canela y una pieza de anís estrellado. Cuando rompa a hervir echar los raviolis y cocer durante unos cinco minutos. Retirar con una espunadera y escurrir sobre papel de cocina, reservar.
La salsa
Verter un poco de la leche caliente sobre el chocolate negro troceado y remover hasta que se disuelva. Añadir más leche en función de la consistencia final que queramos, no tiene que ser muy líquida pero se debe poder coger bien con la cucharilla (tener en cuenta que al ir enfriando se endurece un poco).
El plato
Verter en el fondo del plato un poco de salsa de chocolate, colocar entre dos y cuatro raviolis encima y acabar de decorar con más chocolate y unas avellanas enteras. Servir tibio.
El Recetario Mañoso
Junio "Pasta"