Suelen hacerse con forma de muñeco y decorarse con glaseados dibujando motivos navideños, los que las hace especialmente atractivas para los más pequeños.
Si a todo esto le sumamos que resultan muy sencillas de hacer, especialmente si utilizamos la Thermomix, podremos pasar un rato divertido en la cocina con nuestros hijos.
En España, la tradición de esta galleta no ha existido hasta hace bien poco, cuando la globalización se ha encargado de extender por Europa esta receta tan popular en Reino Unido.
La masa para llevar a cabo el pan de jengibre fue ideada en la Antigua Grecia, concretamente en el siglo V, encargándose a un monje, Gregory de Nicopolis, la tarea de extender la receta al centro de Europa, en una peregrinación para tratar de evangelizar el norte de Francia. Rápidamente, se hizo tremendamente popular, llegando a otras zonas del continente.
Por cierto, que si os gusta el jengibre y buscáis una opción preciosa y saludable para estas Navidades, no os perdáis también estas casitas de jengibre de Nutricienta que son una maravilla.
Volviendo con nuestras galletas, los estudiosos convienen en afirmar que el origen de las galletas de navidad se encuentra en la Inglaterra del siglo XVI, como producto de un capricho real, en este caso, de la Reina Isabel I.
Cuentan que al acercarse las navidades, mandada a sus cocineros elaborar unas galletas que hacían uso de esa antiquísima masa de pan de jengibre, agasajando a sus invitados con ellas.
Desde entonces, es habitual que en algunos países, cuando se aproximan las fechas navideñas, se entreguen a modo de presente estas galletas con forma de muñeco.
Tal es el entusiasmo que levantan, que incluso se han escrito obras de ficción en torno a ellas, estando perfectamente integradas en la liturgia protestante, pese a la prohibición Luterana durante la Reforma.
Vamos a ver cómo hacer galletas de Navidad en Thermomix.
Ingredientes:
Harina floja 450 g.
Mantequilla 200 g.
Azúcar moreno 100 g.
Huevo M 1 unidad
Miel suave 80 g.
Agua 4 cucjaraditas
Canela 2 cucharaditas
Jengibre en polvo 1 cucharadita
Azúcar blanquilla 200 g (glasa)
Clara de huevo 1 ud (glasa)
Zumo de limón o cremor tártaro (glasa)
Colorante alimentario (glasa)
Elaboración:
Lo primero de todo será tamizar los ingredientes secos, a saber: harina, jengibre y canela. Utilizaremos para ello un tamiz o colador, y los iremos traspasando juntos a un bol. Seguidamente, pulverizaremos el azúcar 15 segundos a velocidad 10.
Añadiremos la harina y las especias que habíamos tamizado previamente, combinándolas 10 segundos a velocidad 6. Comprobarás a lo largo de toda la receta que no nos interesa amasar ni mucho menos desarrollar el gluten.
Batiremos la mantequilla en pomada con agua y la miel, mezclándolo durante 10 segundos a velocidad 6. Ambos ingredientes deben integrarse y adquirir un tono pálido, amén de una textura esponjosa. Dejaremos reposar 15 min en la nevera.
A continuación incorporaremos el huevo, y volveremos a mezclar 15 segundos a velocidad 6. Divide las masas en dos porciones, fílmalas correctamente al ras, y envíalas a la nevera unos 20 minutos, tiempo suficiente para que coja cuerpo.
A la hora de formarlas, enharinaremos la mesa y con la ayuda de un rodillo estiraremos la masa, obteniendo un espesor de unos 5 mm. Cuando la tengamos estirada por completo, la dejaremos nuevamente reposando en la nevera 1 hora.
Te recomiendo que coloques la plancha sobre un papel vegetal de horno. Transcurrido el tiempo, sácalas del frigorífico y precalienta el horno a 180º, calor arriba y abajo, sin ventilador.
Con un cortapastas con motivos navideños, preferiblemente con forma de muñeco, realiza las galletas, apurando al máximo entre una y otra, aprovechando así la masa. Colocaremos las gallegas sobre un silpat encima de una bandeja universal de horno.
Hornearemos por un tiempo aproximado de 15 minutos, o hasta que los bordes comiencen a dorarse demasiado y a endurecerse. Las galletas tienen que estar en un punto óptimo de cocción, ni crudas, pues podrían sentarnos mal, ni muy hechas.
Una vez listas, las sacaremos y dispondremos sobre una rejilla para que se enfríen lo más rápido posible. Para decorarlas podemos recurrir a la glasa, una preparación muy sencilla a base de azúcar, agua, clara de huevo, un estabilizante y colorante.
El colorante alimentario es opcional, aunque les dará un toque de color muy divertido. Glasearemos el azúcar 30 segundos a velocidad progresiva 5 - 10. Posteriormente, agregaremos la clara y unas gotas de zumo de limón.
Batiremos 10 segundos a velocidad 6. Echaremos el glaseado en un cuenco y lo tintaremos con un colorante alimentario siguiendo las instrucciones del fabricante. Lo enmangaremos y enfriaremos al menos 30 minutos en la nevera antes de usarlo.
Otra opción es introducirlo en biberones. Pasados los 30 minutos, sacaremos la manga del frío y cortaremos con una tijera la punta, dejando una abertura bastante fina. Decoraremos dejando volar la imaginación.
¡Qué aproveche!
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