Los monjes religiosos han sido los encargados de transmitir nuestro patrimonio gastronómico a través de su cocina hasta nuestros días.
Hace unos años me compré un libro antiguo de recetas de cocina de varios monasterios, echando un vistazo, me encontré con este guiso de garbanzos y me encantó por su delicadeza, pocos ingredientes y por su sencillez....
Los monasterios solían estar en lugares apartados, por lo que se hicieron autosuficientes, y tenían su propio huerto, árboles frutales y una pequeña granja que servía para dar sustento a la comunidad.
En las normas de los monasterios habían algunas que estaban dedicadas al ayuno o vigilia en determinadas fechas, por lo que la cocina carmelita, en este caso, tiene la característica en toda la Orden, de la ausencia de la carne.
Estos garbanzos carmelitas, a los que yo les he añadido un toque picante, es un guiso de legumbres muy económico que sienta de categoría tomarlo bien calentito!!
Estos ricos garbanzos, son mi aportación al reto de Elena Misspimienta, el reto Alfabeto salado, ya que para el inicio de esta nueva temporada, los ingredientes que han salido por sorteo han sido: los garbanzos y la guindilla.
Los garbanzos son uno de los ingredientes principales de muchos de los cocidos de la cocina española, y de hecho, puedes ver varias recetas publicadas en los que son el principal ingrediente, como los Garbanzos con compango, Albóndigas veganas de garbanzos en salsa de tomate, Ensalada templada de garbanzos y zanahoria, Potaje de garbanzos con bacalao y espinacas, o unos deliciosos Garbanzos con espinacas y huevo.....y otras muchas recetas de guisos y arroces de los que también forman parte.
Ingredientes:(2 personas)
300g. de garbanzos cocidos.
2 huevos cocidos.
1 cebolla pequeña.
600ml. de caldo de verduras.
1 o 2 guindillitas, cayenas.
Aceite de oliva virgen.
Sal.
Perejil.
Modo de hacerlo:
Pela y pica la cebolla en trocitos muy pequeños y sofríela en un poco de aceite de oliva.
Añade la guindilla y sigue sofriendo hasta que la cebolla esté tierna.
Pasa la cebolla a un mortero, añade unos garbanzos y las yemas de los huevos cocidos, machaca todo bien hasta conseguir una pasta.
Añade un poco de caldo y remueve hasta que se haya deshecho y ligado todo bien.
Pon un cazo al fuego con el resto del caldo, añade los garbanzos y deja que se cuezan juntos unos 5 minutos.
Añade ahora la pasta del mortero a los garbanzos y cuece otros pocos minutos.
Sirve los garbanzos muy calientes con las claras de los huevos picadas y espolvoreadas por encima.
Espolvorea también un poco de perejil picado. Esta receta puedes hacerla con garbanzos cocidos o con garbanzos frescos.
Si los tienes frescos, la receta es muy parecida, pero en lugar de utilizar caldo de verduras, se hace en el caldo de cocer los garbanzos:
Pon a cocer los garbanzos, que has tenido en remojo al menos durante 12 horas, en agua caliente con una rama de perejil fresco, 1 hoja de laurel, media cebolla pequeña con 2 clavos de olor clavados en ella, un chorro de aceite y sal.
Cuando la cebolla esté tierna, sácala y ponla en un mortero junto a la cebolla frita, las yemas y los garbanzos como he explicado en la receta.
Añade la mezcla al puchero con los garbanzos y deja que cueza unos minutos. Espero que te guste.