Todos, en alguna ocasión, tenemos invitados y debemos planificar el menú de nuestra comida o cena. Una vez elegido el plato principal es inevitable que nos preocupe con qué acompañarlo, qué preparar como guarnición. Muchas veces el seleccionar una buena guarnición puede marcar la diferencia. La guarnición debe ser atractiva y tener un sabor estimulante y que además de acompañar al plato lo embellezca.
La mayor parte de las veces aplicamos el sentido común y siguiendo unas sencillas pautas nos será más sencillo decidir la guarnición.Lo más importante es “crear” nuestro menú de antemano. El plato principal es su base, pero el resto de los platos proporciona los toques finales que pueden llevar a nuestro menú de lo ordinario a lo sublime. Tengamos en cuenta las siguientes claves al elegir guarniciones para acompañar nuestro plato principal, o incluso a la hora de tener que elegir un entrante y un postre para completar el menú.
Un menú equilibrado
Todos hemos pasado una mala noche después de una comida deliciosa pero copiosa o pesada de digerir. Otras veces, nos hemos despertado con sensación de hambre después de una cena preparada con mucho amor, muy elegante, pero “demasiado ligera”. Incluso si cada uno de los platos de una comida son perfectos, el éxito o el fracaso se medirá por la suma de todos los platos, por el resultado final, por nuestra “sensación” final. Debe ser un “TODO” satisfactorio, armonioso. Si servimos un plato principal relativamente ligero debe llevar una guarnición rica y abundante. Si el plato principal es contundente busquemos una entrada más ligera. Busquemos el equilibrio de todo el menú.Equilibremos los sabores
Si nuestra cena o comida gira en torno a un determinado tipo de comida, como por ejemplo comida italiana, marroquí o china, sigue siendo esencial equilibrar los sabores. Si nuestro plato principal tiene matices dulces, lo podemos complementar con una guarnición de vinagreta picante o un aderezo de limón que le aporte la acidez justa para no entrar en conflicto con el sabor del plato principal. Siguiendo esta línea de razonamiento, las ensaladas con un matiz amargo, como la rúcula y las aceitunas, combinan muy bien con chuletas de cordero o platos de pasta cremosa. Si nuestro plato principal es bastante salado, ¿por qué no servimos una guarnición dulce y refrescante con ingredientes como tomates maduros, cebollas rojas y pepino?Contrastemos las texturas
Las diferentes texturas suelen cautivarnos y hacen que la experiencia de comer sea divertida y estimulante. Por ejemplo, si servimos cordero asado, que se derrite en la boca, sobre un lecho de puré de patatas, lo podemos servir con vegetales verdes cocidos al dente o con una ensalada crujiente y fresca.Combinemos los colores
Una bonita combinación de colores pueden conseguir que el plato resulte más apetitoso que si servimos un plato soso de color.Si nuestro plato principal lleva una salsa deliciosa pero su aspecto es muy suave y poco llamativo y o bien lleva una guarnición de arroz o patata de colores suaves y neutros, resaltemos el plato añadiendo algún color llamativo para que resulte más atractivo a la vista. Por ejemplo, podemos añadir unos puerros, unas cebolletas o unos tomates Cherry asados.
Cuidemos los métodos de cocción
Seamos realistas. Ya hemos esbozado nuestro menú. Si elegimos platos o guarniciones que deban hornearse, por ejemplo, al mismo tiempo vamos de cabeza al fracaso. Pensemos en platos que podamos preparar con antelación, que apenas necesiten calentarse en el microondas o en el horno justo antes de servir, o en guarniciones frías que podemos conservar en el frigorífico hasta el momento de empezar a servir.Estimemos el tiempo del que disponemos
¡Busquemos algo sencillo! No nos decidamos por guarniciones a las que tengamos que dedicar demasiado tiempo y energía. El elemento más importante para que una comida tenga éxito es un anfitrión relajado que pueda participar en la conversación y que claramente esté disfrutando de la ocasión. Una vez empezamos a comer, nuestra función principal ya no es ser cocinero o camarero. Debemos estar en la mesa en cuerpo y espíritu. Si estamos relajados, nuestros invitados estarán relajados. Seamos realistas y prácticos.No pasa nada por servir una simple ensalada verde con ingredientes frescos de temporada.
Algunas ideas muy sencillas de preparar:
Las ensaladas de hojas verdes y patatas en puré, asadas o fritas se adaptan a todo tipo de carne o pescado. Por ejemplo a un guiso de carne le van genial unas patatas fritas o asadas.
Un puré de manzana, o incluso una manzana al horno, quedará magnífico con pato al confit. También el puré de nabicol. Y perfecto el puré de manzana.
Unos champiñones salteados para una carne roja.
El arroz basmati va muy bien con todo tipo de carnes a la plancha o parrilla.
Una guarnición de verduras y hortalizas asadas o al vapor acompaña muy bien a los guisos de carne. Para acompañar al pescado mejor cocinadas al vapor.
Con el pescado también podemos servir unos espárragos al natural
Un salteado agridulce de zanahorias con col es perfecto como guarnición de carnes blancas (cerdo o pollo)
Unos aros de cebolla frita ideales para acompañar una hamburguesa
Unos tomates al grill con ajo y tomillo para servirlos tanto con carne como pescado.
Una ensalada de burgur y brócoli para acompañar el pescado