Esta guarnición es muy simple pero tiene mucho sabor y alegrará cualquier plato que acompañéis por su color tan atractivo.
Las zanahorias se cuecen a fuego lento en una sartén con mantequilla, azúcar y un poco de agua, hasta que estén tiernas y el líquido se reduzca a un glaseado. El glaseado ayuda a resaltar la dulzura natural de las zanahorias y les agrega un brillo atractivo.
Zanahorias glaseadas
Dificultad: fácil
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Ingredientes
500 gramos de zanahorias grandes, peladas y cortadas en palitos o 500 gramos de zanahorias pequeñas
11/2 cucharadas de mantequilla sin sal, cortada en trozos
1 cucharadita de azúcar
1 pizca de sal
Tomillo Fresco Para Decorar
Preparación
Poned la mantequilla en una sartén grande y cuando esté derretida añadid las zanahorias. Espolvoread con el azúcar y la sal. Añadid agua fría que llegue como a la mitad de altura de las zanahorias.
Cocinad a fuego lento, parcialmente tapado, hasta que las zanahorias estén tiernas y el líquido se haya reducido a un glaseado, aproximadamente 20 minutos. Si véis que las zanahorias ya están, y el líquido todavía no se ha reducido del todo, sacadlas y subid el fuego para cocinar el líquido, sin tapar, hasta que se reduzca. Volved a colocar las zanahorias en la sartén y mezclad.
Antes de servid si es necesario sazonad las zanahorias con sal y pimienta adicionales. Servir inmediatamente con un poco de tomillo espolvoreado.
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