Son un acompañante saludable, totalmente natural, que nos aporta almidones, fibra, vitaminas y betacaroteno. Realmente siempre es mejor optar por la comida natural y tratar de disminuir lo mas que se pueda el consumo de alimentos industriales y ultraprocesados. En verdad que por muchas bondades que pinte una caja, empaque o lata, nunca será igual que comer verduras frescas, de temporada y preparadas 100% en casa.
Esta guirnalda es muy fácil de preparar, podemos hacerla y tener guarnición para varios días en la nevera. Está saborizada por el ajo, el jengibre, el romero seco y el tomillo fresco. Cada rodaja queda super melosa, suave en el centro y tostada en la orilla. Le hice una salsa de aguacate o palta simplemente con un poco de sal y limón.
INGREDIENTES:
papas
batatas (camote, boniato)
romero seco c/n
tomillo fresco c/n
ajo c/n
sal en grano c/n
jengibre fresco c/n
aceite de girasol, oliva o soja c/n
PREPARACION
La verdad es que esto no tiene ninguna ciencia y tampoco unas cantidades exactas. Depende mucho de cuanto nos gusten los ingredientes y de si las queremos suaves de sabor o mas intensas. A mi particularmente me gustan con mucho ajo y jengibre, poco romero y mucho tomillo fresco. Pero es cuestión de cada paladar.
Simplemente picamos en rodajas del mismo grosor, los tubérculos previamente bien lavados y con su piel . Esto si es muy importante, que todas tengan el mismo grosor para que se cocinen parejo. En un mortero agregamos un poquito de sal gruesa, unos 2 o 3 dientes de ajo, dependiendo de su tamaño y un buen trozo de jengibre cortado en rodajas finas. Machacamos hasta obtener una crema e incorporamos 1 cda de aceite. Mezclamos bien.
En un bowl colocamos las rodajas y les agregamos la preparación de ajo y jengibre. Con las manos mezclamos y untamos bien todas las rodajas. En un molde refractario redondo, vamos colocando las rodajas de papa y batata de forma intercalada. Una vez cerrada la guirnalda, esparcimos por encima un poco de romero seco y colocamos entre las rodajas, ramitas de tomillo fresco.
Llevamos al horno precalentado a 180 °C y horneamos hasta que estén doradas y cocidas.