Bien sea por temas de salud o por no patrocinar la crianza cruel e intensiva de animales; cada vez hay más personas (entre las que me incluyo) interesadas en disminuir el consumo de alimentos de origen animal de su dieta. Y pensando en cómo preparar comidas vegetarianas apetitosas que tuvieran un sabor y una consistencia parecida a la carne, me acordé de las deliciosas albóndigas de lentejas que desde hace años prepara mi tía Niña y que tanto éxito tienen en las celebraciones familiares.
Mi querida tía Niña hace dos versiones de albóndigas de lentejas: una totalmente vegana y otra con mezcla de carne y lentejas. Hasta ahora esta última me parecía la más deliciosa de las dos. Sin embargo, con la receta de hoy he descubierto que al sazonar la masa de lentejas con una buena cantidad de especias, se obtiene un resultado tan apetitoso como la versión con carne. ¡¡Quedan realmente deliciosas!! No miento cuando digo que estas albóndigas y hamburguesas veganas de lentejas complacerían sin problemas el paladar más carnívoro.
Como verán más adelante en la preparación, he usado un molino de granos para obtener una masa de lentejas bien triturada y fina. En alguna ocasión intenté hacerla con la ayuda de mi procesador de alimentos, que es muy normalito y básico, y no quedé satisfecha con la consistencia gruesa de la masa. Mi procesador no tritura finamente las lentejas, las deja partidas o casi enteras. Así que tuve que terminar de molerlas en la picadora de carne. Sé que todo el mundo no tiene un molino de granos en casa, pero con un procesador de alimentos potente o con una picadora de carne se puede conseguir una masa fina y manejable.
Hice la receta con medio kilo de lentejas porque suelo congelar una buena cantidad de albóndigas o hamburguesas que voy consumiendo a lo largo del mes. Una vez formadas, las conservo crudas en un contenedor apto para congelación separadas con papel film. Al momento de cocinarlas, se fríen sin descongelar. Recuerden que me pueden encontrar en Facebook. Los invito a visitar mi blog -->Los Antojos de Clara
Ingredientes:
500 gramos de lentejas
1 pimiento morrón verde y grande (ají pimentón verde)
2 cebollas rojas medianas
6 dientes de ajo
2 cucharaditas de pimentón (paprika)
2 cucharaditas de comino en polvo
2 cucharaditas de cúrcuma
Una buena pizca de pimienta negra recién molida
3 cucharaditas al ras de sal
4-8 cucharadas de pan rallado
Aceite de oliva virgen extra (cantidad necesaria para freír)
Preparación:
Empezamos lavando muy bien las lentejas y dejándolas en remojo durante 4 horas. Finalizado el tiempo de remojo, volvemos a enjuagarlas y las ponemos a escurrir en un colador. Entretanto, lavamos el pimiento y lo cortamos en trozos medianos que puedan pasar con facilidad por el tornillo de empuje del molino. También cortamos en trozos medianos la cebolla y pelamos los dientes de ajos. Revolvemos las verduras troceadas con las lentejas escurridas, ajustamos los discos del molino para que la masa salga fina (en la picadora de carne elijan el disco con los agujeros más pequeños) y comenzamos a moler.
Al terminar de moler, sazonamos la masa de lentejas. Adicionamos las dos cucharaditas de cada especia (comino, pimentón y cúrcuma). Agregamos una pizca generosa de pimienta negra y las tres cucharaditas de sal. Removemos muy bien usando las manos para que la masa tenga un sabor homogéneo y no queden partes desabridas y otras muy sazonadas. En este punto, recomiendo probar la masa para que corregir la sazón a nuestro gusto. Yo no he adicionado nada más, pero cualquier corrección que quieran hacer (p. ej., agregar más sal o pimienta), debe hacerse en este momento cuando la masa aún está acuosa y resulta sencillo disolver los condimentos.
Una vez que tengamos la masa correctamente sazonada, pasamos al que para mí es el paso más importante de la receta: el momento de agregar el pan rallado. Quizás parezca una exageración la importancia que le doy a la adición de este ingrediente en la masa; pero es que si nos pasamos, tendremos unas hamburguesas secas, y si nos quedamos cortos, es probable que se deshagan al freírse.
En los ingredientes no escribí la cantidad exacta de pan rallado porque puede variar, la masa de lentejas es acuosa por los jugos que expulsan las verduras al molerse y por el agua que han absorbido las lentejas en el remojo. Con que añadan un pimiento más grande que el mío o remojen las lentejas durante más tiempo, ya tendrán una masa con más líquido que la mía. Por ello recomiendo adicionar el pan rallado cucharada a cucharada, removiendo muy bien tras cada adición. De esta forma, le damos tiempo a el pan de absorber la humedad de la masa y evitamos pasarnos con el mismo. La masa ha de quedar suave, manejable y un poquito pegajosa; no debe sentirse densa como una plastilina, una masa quebrada o una masa de arepas.
Controlado el tema de la masa, pasamos a formar las hamburguesas y las albóndigas. No es obligatorio hacer las dos cosas, lo he hecho así para que vean que la misma receta vale para ambas elaboraciones. En el caso de las albóndigas hay que hacerlas pequeñas, del tamaño de un bocado, 3 cm de diámetro aprox. Las hamburguesas las hice de un tamaño medio, de 8 cm de diámetro x 1.5 cm de espesor.
Seguidamente, ponemos a calentar abundante aceite de oliva en una sartén de fondo grueso (sin que llegue a humear) y freímos las albóndigas y hamburguesas a fuego medio, se les da la vuelta cuando formen costra de un lado, antes no. Recomiendo vigilar que la temperatura del aceite, no tiene que estar excesivamente caliente, recuerden que la masa está hecha con lentejas crudas y debe quedar bien cocida por dentro. No son agradables las albóndigas quemadas por fuera y crudas por dentro.
Colocamos sobre papel absorbente cada tanda de hamburguesas o albóndigas que vamos sacando del aceite. Algunas veces, cuando no me apetece freír, aso las hamburguesas en una plancha antiadherente de fondo grueso, agrego un poquito de aceite sobre la plancha y las dejo asarse a fuego medio-bajo. Siendo sincera, he de reconocer que la versión frita es espectacular y las asadas, aunque están buenas, me resultan menos gustosas y jugosas. Dejo a elección de cada cual el tema de freírlas o asarlas. Para las albóndigas sí que es obligatoria la preparación frita, una vez las asé en al horno y quedaron demasiado secas.
En esta foto se aprecia la pinta de la hamburguesa asada en la plancha.
Recomendaciones: Recuerden que tanto las albóndigas como las hamburguesas se pueden poner a congelar crudas separadas con papel film. Posteriormente se fríen sin descongelar siguiendo los mismos pasos de la receta de hoy. En el caso de las hamburguesas asadas, igualmente se asan sin descongelar en una plancha o sartén a fuego medio-bajo.
Las albóndigas fritas tienen varias opciones de degustación; se pueden servir como un aperitivo acompañadas de salsa rosada (así las presenta mi tía), también son ideales para rellenar tacos y burritos veganos y están deliciosas con un tomate frito casero.
Con esta receta me salieron 15 hamburguesas y 30 albóndigas de lentejas.
¡¡Hasta pronto!!