¡Parece mentira! Este blog ha cumplido los DOS AÑOS y, muy en mi línea, se me ha olvidado completamente celebrarlo. ¡Soy un desastre!
Hace aproximadamente un mes, después de ver con cierta envidia como toda la blogosfera se llenaba de MORAS, organicé una pequeña excursión familiar en busca de este fruto de intenso color.
Recuerdo que, de pequeña, alguna que otra vez nos reuníamos para ir a "por moras" desde Valsaín (un pequeño pueblo a 3 km. de La Granja de San Ildefonso) hasta "La Boca del Asno". Íbamos a caballo con una lechera de hojalata preciosa a un lado y la bolsa de merienda al otro. El contenido: galletas María Fontaneda con membrillo. Buenas no: lo siguiente.
Como yo tenía menos de 10 años y era muy "delgaducha", siempre me tocaba ir a horcajadas sentada entre dos de los mayores. Así evitaban que me perdiera por el camino. Cuando llegábamos al sitio escogido, a los pequeños nos dejaban las partes bajas de las zarzas y entre todos íbamos llenando las lecheras. Lo normal era regresar con la boca morada y algún que otro afectado por una leve indigestión.
Ya no he vuelto a ver moras tan grandes como entonces. Bien es cierto que las excursiones las organizaban los residentes permanentes de Valsaín y los caballos conocían el camino mejor que sus propietarios. Los poquitos veraneantes que aparecíamos año tras año en el pueblo éramos unos invitados afortunados en estas excursiones porque teníamos unos guías de lujo.
En la búsqueda que organicé este pasado octubre cada uno de nosotros llevábamos un táper bastante hondo para llenar con las moras que fuéramos encontrando. A través del plástico traslúcido se podía ver como subía el nivel de las moras. Bueno, no siempre, porque había dos "brujillas" cuyo táper siempre estaba en el mismo nivel. Al ser increpadas negaron contundentemente haberse comido tantas moras, pero era gracioso escucharles negando lo evidente con unos labios de un color indescriptible y la lengua con un tono negruzco intenso. Aún así logramos conseguir la cantidad suficiente para hacer esta receta.
El año pasado celebré mi primer "cumple blog" con una buenísima TARTA DE MERENGUE AL BAÑO MARÍA CON FRUTOS ROJOS, que seguro voy a repetir. Pero en esta ocasión he decidido empezar a darle un cambio a la técnica de mis helados. Algo que tenía ganas de probar. Os traigo un helado en dos tiempos: HELADO DE MORAS Y QUESO DE CABRA.
HELADO DE MORAS
600 gr. de moras
120 ml. de leche
180 ml. de nata (crema de leche)
125 gr. de azúcar
el zumo de un limón
el zumo de dos limas
HELADO DE QUESO DE CABRA
215 gr. de queso de cabra muy suave
40 gr. de gorgonzola
15 gr. de queso de cabra más fuerte.
130 gr. de azúcar
300 gr. de nata (crema de leche) para montar (34%)
Un pelín de sal
60 ml. de leche entera
1 huevo XL y la yema de otro
Esta vez he ido apuntando las cantidades con exactitud, puesto que era una un experimento en toda regla. Ya he comentado muchas veces que los helados los improviso sobre la marcha. Voy probando la mezcla y añadiendo lo que creo que pueda ir necesitando. En esta ocasión, con el helado de queso, me he dejado ayudar por los quesos que tenía en la nevera. El resultado ha sido buenísimo.
Empezamos con el primer helado. Lavar las moras, secarlas sobre papel absorbente, pasarlas por el minipimer y luego por el pasapurés. De esta forma se eliminan las pepitas y pieles más duras. Lo siguiente es mezclar con el resto de los ingredientes, mantecar en la heladora y, una vez esté en su punto, disponer en el recipiente en el que vayamos a presentar la preparación definitiva. En mi caso, para poder desmoldarlo mejor, el molde estaba cubierto por todos los lados con papel film. Solo se debe llenar hasta más o menos la mitad. Por último, y antes de meterlo al congelador, cortar otro trocito de papel film mas o menos a la medida del interior del molde para dejarlo pegado al helado de mora y evitar la aparición de pequeñas lascas de hielo por condensación.
En mi caso esperé 48 horas para preparar el helado de queso que, finalmente, iba a ir como base en la composición final. El método, el de siempre. Mezclar todos los elementos e ir probándolo para ver si tenemos que rectificar con alguno de ellos. Mantecar la mezcla, sacar el molde de las moras del congelador, quitar solamente el pequeño trozo de papel film que lo cubre (los bordes externos los dejamos intactos) y poner la mezcla del helado por encima. Volver a tapar bien y al congelador.
A partir de los dos días ya se puede sacar y desmoldar. Queda precioso, y con un sabor increíble. Tengo unos cuando preparados en el congelador, y creo que será mi postre estrella durante este próximo invierno.
Para terminar, lo he servido con una salsita de moras hecha con azúcar moreno y zumo de lima.
Y ésto es todo ¿Os ha gustado este helado en dos fases? Ya tengo la cabeza llena de ideas para combinar diferentes sabores.