Es la naturaleza quien nos proporciona en cada momento aquello que nuestro organismo necesita. De esta manera, los alimentos que nos ofrece en verano son los más apetecibles para los meses de calor; las frutas frescas, por ejemplo, con tanta proporción de agua en su composición para calmar así nuestra sed. De la misma manera, durante los meses de frío lo que apetece más es comer caliente. El gasto de calorías que sufre nuestro organismo para hacer frente a las bajas temperaturas se compensa con los alimentos ricos en energía y proteínas que nos ofrece la naturaleza.
Las legumbres
Se encuentran ahora en plena actualidad y a disposición de todos los estatus sociales, gracias a dios. Las legumbres son alimentos muy calóricos, ya que tienen entre 300 y 350 calorías por cada 100 gramos que consumimos. Son también alimentos muy ricos en proteínas. Un buen plato de lentejas, por ejemplo, proporciona más cantidad de proteínas que un plato de carne, pescado, huevos o leche.
Los garbanzos, las habas, las judías, etcétera, se sirven ahora, como desde toda la vida en guisos, característicos de todas las zonas de España, ya que en cada cual se hace de una determinada forma, pero por lo general tenemos una gastronomía rica en legumbres que nos aporta la dosis necesaria para afrontar el frío invierno. La dieta mediterránea, sin proponérselo, resulta ser una de las más ricas y una de las más completas del mundo. Y una de sus mejores aportaciones es la de haber sabido dar a las legumbres el valor que se merecen.
Las hortalizas de temporada.
Desde alimentos como el guisante, que se encuentran a medio camino entre la hortaliza y la legumbre, por su alto contenido en calorías y proteínas, hasta las berenjenas y los puerros, las coliflores, patatas, calabazas, etc?, la despensa es llena de productos de la huerta. Los vegetales en otoño- invierno son ricos en vitaminas, fibra y minerales y tienen un contenido en calorías más alto que los de verano.
Las verduras deben formar siempre parte fundamental de la dieta, y por ello, aunque es cierto que los productos de huerta crecen naturalmente en primavera, los modernos métodos de conservación consiguen conservar todas sus propiedades también en invierno. Es el momento de cocinar con setas, tanto las que encontramos en el campo, como puede ser por ejemplo, la seta de cardo, como las que nos ofrecen los criaderos y que se venden posteriormente en los supermercados; champiñones, níscalos, boletus, que ahora se encuentran en su mejor momento.
Las frutas de otoño- invierno
El final del verano viene marcado por el nacimiento de los frutos silvestres. Los montes se llenan de pequeñas frutas, que crecen espontáneas, protegidas por las espinas de sus zarzas. Las moras, las frambuesas, los madroños, las grosellas, las fresas silvestres, etc? con los que se preparan deliciosas mermeladas y tartas. Es la época de las endrinas, fruto con el que se hace el pacharán; la de la recogida de la una para elaborar el vino. En plena temporada se encuentran manzanas, naranjas y peras. A mediados del otoño aparecen las mandarinas, cargadas de vitamina C. también los kiwis, de producción española, se pueden consumir muy buenos en esta época.
Frutas características del invierno son las granas, los membrillos, los higos y las uvas. Todos ellos, alimentos más energéticos que as típicas frutas de verano.
Los frutos secos
Nueces, avellanas, castañas, almendrucos, pipas de girasol o de calabaza llenan las despensas de las casas. Son alimentos muy completos, con un alto índice de calorías y proteínas. Aportan fibra, vitaminas y sales minerales, estimulan las funciones del intestino y son ricos en aceites vegetales.
Los mariscos
Dicen que los meses con"r" son los más indicados para tomar mariscos. Y lo cierto es que la langosta, los langostinos, cigalas, gambas, bogavantes, las nécoras? son protagonistas de los menús de las fiestas de invierno.
Su aporte principal a la dieta son las proteínas, y dentro de los alimentos plásticos son los que menos cantidad de grasas (2-3 gramos de grasas por cada 100 gramos) contienen. Otra propiedad importante es la de carecer de hidratos de carbono en su composición. Su origen marino hace que sean muy ricos en sales minerales, sobre todo en yodo y en flúor.
Carnes y pescados
Al contrario de lo que ocurría en verano, ahora en invierno, son los alimentos más consistentes los que más apetecen. La carne de cordero y de cerdo, por ejemplo, junto con el pavo y el capón, son básicos en las comidas de navidad.
Es a principios del otoño cuando se abre la temporada de caza, y las perdices, liebres, gansos, venado o el corzo llenan los pucheros, los pescados que se consumen prioritariamente en invierno son también los que tradicionalmente forman parte de sabrosos guisos, como el bacalao, la merluza o el besugo.
Compra de fruta online, ect…
También quiero citar que si no veis fácil acceder a los distintos alimentos por circunstancias geográficas, ya sabéis que vía internet podéis comprar fruta online, hortalizas, mariscos, etc? todo está a golpe de un clic y espero que la información sea de buen uso y disfrute para todos, que al fin y al cabo es lo que siempre deseo, el poder informaros como es debido y compartir pequeños ratitos con vosotros.
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