
Se utiliza para tantas recetas que sólo nos atrevemos a mencionar los «piononos», «brazos de gitano», «troncos de navidad», e infinidad más que una falta total y absoluta de memoria no nos permite recordar. ¿Las bases de los pastelitos al peso que venden en las pastelerías? ¡Bizcocho Genovés!. Amigos, estáis ante la receta del 3-en-1 de la repostería, del Súper Glue de la confitería.
Este bizcocho no sólo es tierno y sabroso, además es compacto y flexible. Como no lleva NADA de grasa se convierte en una receta muy sana pero esto mismo lo hace tremendamente ahogadizo. Si se os desborda la lavadora podéis lanzar uno de estos bizcochos al suelo y problema resuelto. De manera que no es el bizcocho más indicado para comer sin más y a "palo seco", a no ser que disfrutes de una experiencia arriesgada que puede dejarte sin una gota de sangre en el cuerpo. Sin embargo empapado en almíbar se convierte en el aliado perfecto al elaborar recetas. Mojado en leche con cacao es simplemente perfecto.
INGREDIENTES
125 gr. de harina
125 gr. de azúcar
4 huevos
1 cucharadita de esencia de vainilla concentrada
Una pizca de sal
PREPARACIÓN
Lo más alucinante de todo no es lo socorrido de este bizcocho, sino que es tan simple y lleva tan pocos ingredientes que ni siquiera necesita levadura.
Lo único que hay que hacer es batir los huevos enteros con el azúcar y la esencia de vainilla en una batidora de varillas a máxima potencia durante unos diez minutos. ¡Velocidad de curvatura Scotty!.
Apartamos la batidora y añadimos la harina tamizada. Ya sabéis lo que opinan nuestro ejército de primates voladores sobre los grumos en las masas. ¡Hay que tamizar! No dudaremos en enviarlos a vuestras casas armados con palos con pinchos para recordároslo.
Lo dejaremos enfriar en una rejilla, que será entonces cuando podremos desmoldarlo sin miedo a que se rompa.