La salsa romesco es una salsa típica de la gastronomía catalana, concretamente de la provincia de Tarragona, que se ha convertido en una de las salsas más conocidas internacionalmente. Parece que fue creada a principios del siglo XX en las barcas del Serrallo. Los pescadores usaban lo que tenían a mano para hacerla, aunque cada pescador añadía algo para elaborar su propia salsa. Los ingredientes que se utilizaban eran pan duro o seco, aceite, vino o vinagre, ñoras y tomate.
Los ingredientes que vamos a necesitar para doce personas son:
Para la salsa romesco:
6 tomates maduros
1 cabeza de ajo
100 g de almendras
50 g de avellanas
4 ñoras
1 tostada de pan
25 ml de vinagre
aceite de oliva
sal
Para el pollo:
24 jamoncitos de pollo
3 cebollas medianas
4 dientes de ajo
1 l caldo de ave
sal
pimienta
200 g de vino blanco
Arroz Pilaf:
450 g arroz
1 cebolla pequeña
1 o 2 clavos
1125 g de caldo de ave
75 g de mantequilla
Chips de boniato:
1 boniatos
aceite para freír
sal
El caldo de ave lo podemos hacer nosotros o podemos cocinar con uno ya elaborado, y si es con productos ecológicos mejor.
Preparación:
Lo primero que vamos a hacer es la salsa romesco. Para ello, precalentamos el horno a 180ºC y ponemos a escalivar los tomates y la cabeza de ajo durante unos 30 minutos. Pelamos los tomates y sacamos la pulpa de los ajos. Echamos en un bol y reservamos.
Ponemos un cazo con agua al fuego e introducimos las ñoras. Cuando hierva, retiramos del fuego y dejamos reposar unos 10 minutos. Quitamos las pepitas y, con ayuda de un cuchillo, sacamos la pulpa que incorporamos al bol anterior. Este paso también se puede hacer poniendo unas horas antes las ñoras en agua tibia.
Tostamos por separado las almendras, las avellanas y el pan, teniendo cuidado de no se quemen, y añadimos al bol anterior.
Añadir un chorrito de vinagre, la sal al gusto y un chorreoncito de aceite de oliva. Trituramos e incorporamos un poco de caldo antes de añadir al guiso del pollo.
Si quisiéramos la salsa para acompañar carnes, pescados o verduras a la parrilla o a la plancha añadiremos aceite hasta obtener la consistencia deseada.
Ahora nos ponemos con el pollo. Salpimentamos los jamoncitos de pollo, los pasamos por harina y doramos en una sartén con un poco de aceite de oliva virgen extra. Reservamos.
Pelamos y cortamos la cebolla y el ajo en brunoise. En un rondón con aceite que ponemos al fuego, pochamos la cebolla y el ajo. Cuando esté bien pochado. Incorporamos el vino blanco y dejamos reducir.
Añadimos la salsa romesco y el caldo. Rectificamos el punto de sal y removemos. Agregamos el pollo y cocemos durante 1 hora aproximadamente.
Ahora elaboramos el arroz Pilaf. Cortamos la cebolla en brunoise y estofamos en mantequilla. Añadimos el arroz y rehogamos ligeramente. Incorporamos los clavos, el caldo hirviendo y salamos. Cocemos tapado, primero a fuego fuerte unos 8 – 10 minutos y luego a fuego suave otros 8 – 10 minutos.
Y, por último, elaboramos los chips de boniato, para ello, lavamos y secamos muy bien el boniato, lo pelamos y cortamos en rodajas muy finas con ayuda de una mandolina o corta fiambres. Colocamos las rodajas en una bandeja con papel absorbente durante 1 hora aproximadamente para eliminar el agua que pueda contener el boniato. Freímos en abundante aceite y escurrimos sobre papel absorbente. Cuando estén secas espolvoreamos la sal.
Presentación:
Tememos varias opciones de presentación. La primera opción, en plato redondo con la ayuda de un aro metálico o flanera, moldeamos el arroz pilaf y lo colocamos a la izquierda del plato trinchero. A su derecha, ponemos las dos porciones de pollo de forma que adquieran volumen. Ponemos unos chips de boniato y salseamos.
La segunda opción, que es la que yo suelo hacer, es colocar dos jamoncitos de pollo enfrentados uno con el otro en plato rectangular y salseamos. En un lado ponemos una porción de arroz y en la otra unos chips de boniato.
¿Has probado este plato alguna vez? La carne en la salsa, el arroz y los chips, hacen una combinación de aromas, texturas y sabores que hacen que este plato sea una buena opción para una comida de celebración.
Bon appétit!