Comino, una especia que sí importa ¿de donde vendrá el dicho: me importa un comino?
El comino, su nombre en latin Cumicum cyminum, esta pequeña semilla, aromática, penetrante que nos ofrece un sabor tan característico, combinando el amargo y el dulce, con notas picantes, pero no pica, cierto sabor cítrico, a tierra....es único y tiene una historia fascinante
Originaria de los paises mediterráneos orientales y del alto Egipto, encontradas sus semillas en las tumbas de los faraones, la usaban como ofrenda ya que eran una de las más apreciadas, no solo en la gastronomia, sino como remedio médico por sus propiedades.
Nombrada hasta en el Viejo Testamento, donde hay referencias al hecho de trillar comino con una caña, era muy popular en la antigua Grecia que la servían en la mesa como actualmente podemos disponer la pimienta o la sal.
En Europa se utilizaba como moneda de cambio en la Edad Media, de hecho la planta de comino solía crecer en los jardines de los monasterios.
La aportación árabe a nuestra cocina, a la Andaluza, y concretamente a la malagueña es extraordinariamente rica ¿cuántas recetas de Al-Andalus ha heredado la cocina tradicional malagueña?
Entre ellas éste riquísima receta: “A la moruna” donde es primordial el comino, que le da ése toque tan especial, tan de nuestra tierra, con ésta especia que refina los sentidos del gusto y del olfato, trasladándonos a las cazuelas de nuestros ancestros.
Se puede realizar con cualquier tipo de pescado, generalmente pescado azul: sardinas, boquerones, caballa, “aguja palá” (pez espada) y por qué no como he hecho en ésta ocasión, con una hermosísima jibia.
¿Cómo la he hecho?
En una cacerola poner un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra.
Pochar a fuego lento y todo muy picadito: un pimiento verde, una cebolla medianita y dos o tres dientes de ajo; pasados unos minutos añadir uno o dos tomates, picados sin piel dejándolo freir unos minutos. Salar al gusto.
Echar la jibia troceada y remover junto con el refrito unos minutos.
Añadir una cucharadita de pimentón dulce, una cucharada de comino en polvo (molido), colorante alimentario (a ser posible azafrán) y dos hojas de laurel.
Agregar un vaso de vino blanco y uno de agua, probar de sal y llevar a ebullición, dejándolo cocer aproximadamente media hora hasta que se consuma el caldo y la jibia esté tierna.
¡¡Buen provecho!!