No me odies por venir con esta receta en estas fechas, ya se que nos pilla a todos saturados de comidas y dulces. Pero te digo una cosa, la desintoxicación ha de ser progresiva, no es bueno pasar directamente de polvorones, mantecados y turrón… a las acelgas sin aliñar. Los cambios drásticos son muy dañinos :) Ya te lo advertía el año pasado…
Además un domingo es un domingo y hay que desayunar a cuerpo de rey, así que no te resistas y prueba esta delicia originaria de la Bretaña francesa. Ya sabes que nuestros vecinos no escatiman la mantequilla, no te asustes cuando veas la cantidad que lleva. Es la que tiene que llevar.
La descubrí en las pasadas vacaciones navideñas cuando miraba una de mis revistas favoritas. Me llamó la atención la imagen pues me recordó muchísimo a uno de los dulces que más me gustan de siempre: las palmeras ( y mejor de chocolate). Así que me la guardé en favoritos, y en cuanto pude, probé a hacerla. Su forma clásica no es esta que ves hoy, pues le he dado forma de rosetones. Lo habitual es verla como un bollo hojaldrado. Lo que siempre verás es la caramelización de su superficie que debe quedar bien crujiente.
Se hace a base de una sencilla masa de pan en cuyo interior se pone mantequilla abundante, y se trata como un hojaldre con sus vueltas ( entre 2 y 6 he visto), yo me he quedado en el medio. Las dos veces que la he preparado, le he dado 4 vueltas. Y queda muy bien.
Vamos a ver qué necesitas para preparar 2 unidades de Kouign amann como el que ves en las fotos. Si te parece mucho, haz la mitad de la receta. Otras veces te recomiendo sin duda hacer mucha cantidad una vez te metes en harina. En este caso no es así, está mejor templada recién hecha. Por lo que lo ideal es comerla toda después de hacerla. Ya te adelanto que no supone esfuerzo alguno, pero si no te quieres dar el atracón, ¡reduce a la mitad!!
INGREDIENTES
– 500 gramos de harina
– 330 gramos de mantequilla salada
– 300 gramos de agua templada
– un sobre de levadura rápida de panadero ( 4,6 gramos) ó 15 gramos de la fresca
– pizca de sal
– 200 gramos de azúcar, y un poco más para añadir al molde
La elaboración tiene su dificultad, pues hay que hojaldrar la masa como hicimos con la Trenza de Almudévar, pero no te desanimes que con un poco de paciencia y ganas, te saldrá seguro.
Pon el agua templada en un cuenco amplio y añade la levadura, la sal y la harina.
Mezcla bien hasta que obtengas una masa. Queda muy manejable y nada pegajosa.
Deja que fermente en el cuenco tapada con un papel de film. Aproximadamente doblará su volumen en 1-1.5 horas.
En ese momento tenemos que incorporar la mantequilla cortada en láminas y el azúcar como ves en las imágenes.
Estira la masa intentando obtener un rectángulo. Enharina ligeramente la superficie de trabajo y un poco por encima de la masa para que al estirarla no se pegue ni a la mesa ni al rodillo.
Una vez estirada, corta en láminas la mantequilla fría, y distribúyela por el centro de la masa de forma que tengas unos amplios márgenes de masa libres, con ellos tendrás que encerrar la mantequilla dentro. Como si fuera un paquete.
7. Ahora cierra los bordes laterales de la masa, hacia el interior de la misma. Primero uno, luego otro, así con los cuatro dejando bien encerrada la mantequilla en su interior.
8. Estira con el rodillo este paquete, con cuidado para que no se rompa la masa. Cuando la tengas, dobla el lateral izquierdo hacia el centro, y después el derecho. Como ves en las fotos.
9. Cubre con film, y deja la masa en una bandeja enharinada. Reposa en el frigo unos 30 minutos.
10. Cuando la saques de la nevera y la dejes de nuevo en la mesa, gira la masa 90 grados en sentido de las agujas del reloj. Después vuelve a estirar como en el paso 7.
Hay que repetir estos pasos 4 veces, dejando 30 minutos cada vez la masa en la nevera.
11. Cuando la estires por última vez, enciende el horno a 190 grados con calor arriba y abajo.
12. Prepara un molde (dos si haces toda la cantidad), úntalo de mantequilla y espolvorea por encima azúcar.
13. Corta la masa en tiras finas, como de un dedo de grosor, y enrolla sobre sí misma cada una. Pon cada espiral sobre el molde, de forma que cubras toda su superficie.
14. Espolvorea azúcar por encima, y hornea unos 30 minutos a la misma temperatura. Hasta que veas que queda dorado y bien caramelizado por encima.
Parece muy complicado pero no lo es tanto. Si cuando lo estás haciendo se te sale la mantequilla, que no te de el ataque. Sigue con paciencia, no des 4 vueltas, recuerda que hay recetas que sólo hacen 2. Tu estira como puedas. Si esperas los 30 minutos de reposo te será más fácil. Después corta con un cuchillo o cortapizzas las tiras de masa y enrolla. Si se te pega a la mesa, ayúdate con el cuchillo.
Un consejillo: el molde que elijas para hornear no debe ser desmoldable pues al cocerse la masa, suelta mucho jugo y se te saldrá.
Venga, ¡no hay pereza! Prueba a hacerlo que no te arrepentirás. Palabrita.
Si te da un poco de miedo empezar el año así de fuerte, puedes prepararte unos pancakes en apenas unos minutos. Y para la resaca y el mal cuerpo en general, el mango y el yogur siempre van bien :)
Y si eres de los de cambios drásticos a principio de año, y te lanzas a las acelgas sin aliñar, mira la receta de quinoa que tengo publicada, y la ensalada de mozzarela y frutos rojos. Son sanas y las podrás mantener mucho tiempo, que las acelgas sin apañar te las comes un día y nunca mais.
¡Buen provecho y feliz domingo!
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