India, una de las culturas que marcó mi vida desde el año 1971 , no solo a nivel profesional sino a nivel personal en todos los sentidos, entre ellos la gastronomía.
La cocina hindú me encanta, adoro ese arte que destaca su gastronomía a la hora de combinar las especias, como ninguna otra, haciendo que sus platos tengan una increible riqueza de gustos y aromas, salsas y condimentos..
En India las especias son el “alma” de la cocina; la base de la cocina india y la más conocida es el curry, una de sus señas de identidad. Una sabia mezcla de condimentos, hierbas, especias y plantas aromáticas, que puede incluir hasta treinta ingredientes diferentes, dependiendo de quién prepare el “kari”.
Las recetas hindúes está marcada no sólo por la exhibición de los aromas de sus especias, sino también por el peso de las corrientes filosóficas y religiosas que viven en armonía en tan hermoso pais: hindúes, budistas, cristianos, musulmanes y multitud de creencias filosóficas que generan una forma de vida que unen la espiritualidad (predomina la creencia en la reencarnación) con la cultura de la comida.
Una gran mayoría de la población sigue el precepto de no violencia y no comen carne, sobre todo ganado vacuno (las vacas son sagradas), por lo que es muy fácil encontrar en sus recetas platos vegetarianos, siendo las lentejas (Dhal, como se las denominan en India) una de su principal fuente de alimentación.
Dal es el nombre genérico que se da a las legumbres, la más habitual es la lenteja a las que se despoja de piel. Existen diferentes variedades: Ghana dal (lentejas amarillas), Masoor dal (lentejas rojas), Unad dal (lentejas negras), Moong dal (lentejas verdes y redondas).....y aunque la pardiña, no es autóctona de India, hoy he preparado una “fusión” de receta hindú-malagueña, a base de lentejas españolas con curry hindú (comprado en mi tienda favorita de Torremolinos: Vishade), simplemente buenísimas.
¿Como las he hecho?
La falta de tiempo que necesitan de cochura unas lentejas, es uno de los motivos por las que la realizo en dos fases, la primera la noche anterior al día que las consumo, la segunda la mañana antes de consumirlas.
Primera fase:
En una cacerola con agua y un chorreón de aceite de oliva virgen, poner a cocer un tomate, un pimiento y una cebolla cortadas por la mitad.
Asar al fuego una cabeza de ajo mediana y añadir a la olla.
Pasada una media hora sacar el tomate, el pimiento y la cebolla con un poco de caldo y pasar por la minipimer y volverlo a echar en la cacerola.
Añadir dos o tres zanahorias cortadas en rodajas.
Apagar el fuego y dejar en el calor de la vitrocerámica.
Segunda fase:
Añadir al potaje dos puñados de lentejas por comensal, dos cucharadas soperas de curry, una pequeña de cúrcuma (o colorante alimentario, o unas hebras de azafrán), probar de sal y llevarlas a ebullición.
Dejar cocer durante unos veinte minutos aproximadamente (depende de la legumbre, yo uso el Hostal).
Apagar el fuego, probar de sal y dejarlo al calor de la vitrocerámica.
A la hora del almuerzo, las lentejas estarán listas, estofadas para disfrutar de un magnifico potaje hindú-malagueño.
¡¡ Buen provecho !! En hindi “?p k? kh?n? sv?di??a ho”.