Es absolutamente necesario comer legumbres. Es una buena costumbre mediterránea que es preciso mantener y transmitir. Yo aprendí a cocinar las lentejas viendo a mi madre Concha, que las preparaba todas las semanas.
Hoy mi hijo Nacho (18 años) me ha pedido que le enseñara a hacer lentejas y me ha observado y preguntado mientras hacía el guisote y me ha ayudado en algunos pasos. Ni que decir tiene la ilusión tremenda que me ha hecho cocinar a cuatro manos con mi hijo.
Como me dedico a la enseñanza me fascina cuando me preguntan mis alumnos y cuando se interesan con una curiosidad natural por la química y los números. No me gusta quedarme con mis conocimientos para mi y creo que siempre hay un feed-back. Yo también aprendo todos los días de todos los que me rodean, de mi familia, mis alumnos, mis amigos y compañeros y vosotros, mis queridos y pacientes seguidores.
Transmitamos siempre las buenas costumbres como es comer un buen guiso de legumbres...
Para 8 personas:
500 g de lentejas
2 cebolletas
2 dientes de ajo
1 hoja de laurel
4 cucharadas de aceite de oliva virgen
2 cucharadas de tomate frito
1 cucharada de harina
2 patas de pulpo cocido (unos 250 g)
perejil fresco
sal
pimentón dulceSe dejan las lentejas en remojo cubiertas de agua la noche anterior. Se escurren del agua y se ponen en una olla a presión cubiertas de agua fría.
Se añade una cebolleta entera cortada en cascos, un ajo entero y la hoja de laurel. Se cierra la olla y se pone al fuego. Cuando pite la olla se cuentan 20 minutos de cocción. (Si se hace en cazuela se debe duplicar el tiempo).
Mientras se cuecen se prepara el arreglo del guiso. Se pone en una sartén el aceite de oliva a calentar y se agrega la otra cebolleta muy picada, junto con el diente de ajo muy picado. Cuando esté blandita se añade el tomate frito, el perejil fresco picado y la sal, se remueve y se incorpora la harina. Se remueve con cuchara de aplo, hasta que quede una masa fina. Se abre la olla (dejando escapar antes el vapor) y se añade un poco del líquido de cocción al sofrito.
Se vierte el sofrito a las lentejas cocidas y se remueve suavemente para que se integre. Se deja que dé un hervor. Se rectifica de sal.
Se cortan las patas de pulpo en rodajas y, salvo unos trozos para decorar, se incorporan al guiso y se deja que den un chup-chup.
Se apaga el fuego y se deja que reposen una media hora. Se vuelven a calentar y se emplatan, colocando unos trozos de pulpo y espolvoreando con pimentón dulce.
Fuente: este post proviene de Las recetas de Martuka, donde puedes consultar el contenido original.
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