¡Saludos, Calderer@s!
Con tanta sofisticación navideña en estas fechas, a veces apetece dar un pasito para atrás hacia la sencillez y preparar un plato básico de los que se aprenden en primero de cocina de estudiante y disfrutar precisamente de esa simplicidad.
Y es que los macarrones con chorizo son un plato muy socorrido como receta de diario, pero no por eso menos rica, pues es fácil acertar con ellos tanto con niños como mayores.
Y no hace falta utilizar medio kilo de chorizo para hacer esta receta. Con tres rodajas finas de chorizo por persona tendremos todo el sabor en la pasta, sin hacer de la salsa un caldo grasiento.
El toque picantito de la guindilla y el sabor del vino rehogando la salsa hacen de este plato todo un espectáculo de sabor con cero complicaciones.
Ingredientes: (2 personas)
250gr de macarrones
3 tomates maduros
3 dientes de ajo
1/2 cebolla
3 rodajas de chorizo por persona
1 guindilla
1 rama de orégano fresco
1 rama de albahaca fresca
1 chorreón de vino tinto
1 hoja de laurel
agua
sal
aceite de oliva
queso parmesano (opcional)
Elaboración:
Comenzamos poniendo unas cucharadas de aceite de oliva en una sartén amplia, donde pondremos a dorar la guindilla. Para un toque extra picante podemos hincarle la uña a la guindilla. Apretamos la guindilla contra el aceite para que suelte el sabor.
Cortamos los dientes de ajo en rodajas y picamos la cebolla. Ponemos los ajos en el aceite con la guindilla y cuando comiencen a dorarse, incorporamos la cebolla junto con un toque de sal para que sude. Dejamos pochar.
Mientras que se pocha la cebolla, ponemos a hervir aproximadamente un litro de agua con sal y una hoja de laurel para dar sabor. Cuando finalmente el agua rompa a hervir, incorporamos los macarrones a la olla.
Cuando la pasta esté al dente, los escurrimos sin enjuagarlos y los reservamos.
Mientras que se cuece la pasta, volvemos con nuestro sofrito. La cebolla ya estará transparente, por lo que es el momento de incorporar el chorizo.
Cortamos tres rodajas de chorizo por persona, que a su vez volveremos a cortar en cuatro trozos y las incorporamos al sofrito, dejándolo cocinar durante un par de minutos, removiendo de vez en cuando.
Es el momento de regar el sofrito con un chorreón de vino tinto y de retirar la guindilla para que no se nos pierda en la salsa.
A continuación comenzamos a añadir los tomates picándolos directamente en trocitos pequeños encima de la sartén para aprovechar todo el jugo. (¡Con cuidado que el aceite salta!). Añadimos también sal al gusto, y la albahaca y el orégano lavados y picados.
Dejamos cocinar el tomate durante 6 o 7 minutos, removiendo con frecuencia y aplastando un poco los trocitos de tomate para ayudar a formar la salsa.
Cuando la salsa haya tomado consistencia y el tomate esté bien cocinado, incorporamos los macarrones que habíamos reservado a la sartén, apagamos el fuego y mezclamos bien.
¡Y ya tenemos listos nuestros macarrones con tomate!
Plato tradicional por excelencia de la época universitaria en casi todas las casas de estudiantes que he conocido, aunque he de reconocer, que antaño le faltaban algunos toques mágicos, como la guindilla, el vino, o las hierbas frescas.
Para culminar con broche de oro este plato, podemos rallar por encima un poco de queso parmigiano reggiano, vamos, el parmesano de toda la vida, que con su sabor unami le confiere a este plato más carácter aún si cabe.
¡Que aproveche, Calderer@s!