MACARRONES CON JIBIA, ALMEJAS Y MEJILLONES EN SALSA DE CEBOLLA CON VINO BLANCO




A veces pienso que igual para alguanas personas la cocina es ésa parte de la casa donde está el frigorífico, ése artilugio que enfría y sirve para guardar la comida ya precocinada y preparada que se suele conseguir en los supermercados, ése lugar en el que también se coloca el microondas para calentar o descongelar y un espacio donde comer (que no degustar y disfrutar de una comida); quizás prescindible e incluso hasta cierto punto odiado por el trabajo que supone el tener que cocinar cada día.


Un lugar que probablemente no han decorado, ni tan siquiera diseñado, impersonal o quizás para nada acorde al gusto de quien tiene que pasar horas y horas en los fogones

Vaya por delante decir que me siento muy afortunada teniendo “Mi Cocina”, dispongo de mucho espacio y luz, pero he de confesar que hoy por hoy, después de más de 20 años, cambiaría muchos detalles en cuanto al diseño de muebles y ubicación de los mismos, hasta el extremo de que me atrae la idea de abrirla al salón, en plan americano y no solamente con un ventanal, que puedo abrir o cerrar según las necesidades. Va cambiando mis gustos….

También daría marcha atrás y hubiese dejado al menos un fogón de gas, la placa vitro es estupenda, pero echo de menos el fuego…hasta el extremo de que no me importaría poder cocinar con carbón como hacían mis abuelas. Menos mal que puedo contrarrestar ésta falta, con una pequeña cocina a gas en el patio anexo a la cocina.


Lo mejor de mi cocina, es el espacio, la larguísima encimera que nunca me resulta lo suficientemente grande en algunos momentos.


Mi madre me enseñó que cada cosa tiene que estar en su sitio y yo lo llevó a rajatabla, lejos de asociarse con una manía, en cocina aprendí de mi madre que es esencial ir limpiando a la vez que cocinamos. Me pone muy nerviosa acumular cacharros por grande que sea la encimera.

Aún con los buenos hábitos adquiridos siempre necesito tener espacio suficiente que me permita cocinar sin agobio y me viene de maravilla contar con un trozo de encimera que divide la cocina propiamente dicha de la zona comedor, que me sirve como línea divisoria mientras me hacen compañía mientras cocino.

Mi Cocina, seguramente es la zona más vivida de mi casa, pasamos muy buenos momentos y me encanta que para quienes cocino estén sentados, dándome conversación, mirando como preparo la comida, tomando un vino o picoteando lo que voy cocinando.

Es un lugar mágico para mi familia y amigos, un lugar donde por regla general prefieren comer quienes mi visitan, a la cálida luz del sol que entra a raudales por el ventanal y la puerta de mi patio.


Mi Cocina, es un espacio tan importante para mi como el resto de casa, como el salón, mi sala de estar, la biblioteca, mi dormitorio o cualquier otro de los muchos rincones que procuro que sea lo más acogedor posible….tanto es así, que le he ido dando una vida decorativa, dando protagonismo a los cuadros que poco a poco me ha ido pintando mi suegro, a mis libros de cocina….e incluso pequeños detalles siempre de color verde manzana que también caracteriza a Mi Cocina virtual, intentando darle un carácter muy alegre.


Es allí, en Mi Cocina….llena de verdor, de cuadros, de recuerdos, también de añoranzas, de luz, de sabores y aromas malagueños, a veces con toques orientales, donde paso una gran parte de mi dia a día….donde se “cuecen” las recetas que comparto con quienes visitan mi blog.


Hoy, les animo a preparar una vez más pasta…..acompañada con marisco, unas buenas almejas, mejillones y jibia..


¿Cómo la hice? Ingredientes para dos personas:

Medio kilo de mejillones,


dos jibias medianas,


la mitad del cuarto kilo de almejas,


media cebolla pequeña blanca (tipo cebolleta), dos dientes de ajo, una ramita de perejil, medio vaso de vino blanco, seis cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra, medio litro de agua, sal y macarrones (suelo poner dos puñados por comensal y un poco más, Ya saben el refrán: más vale que sobre que no que falte…)

Los pasos a seguir:

Dejar las almejas en agua con sal una hora antes aproximadamente, a fin de que suelten la posible arena que traigan en su interior

Limpiar bien los mejillones, enjuagarlos y reservarlos igualmente

Abrir las jibias, sacar con cuidado todo su interior, enjuagarlas bien y cortarlas en trozos pequeños

En una cacerola poner el agua, echar los mejillones y las almejas llevando a ebullición, espumerear, dejarlos cocer uno o dos minutos, hasta que los bivalvos estén abiertos y sacarlos con una espumadera

Retirar las conchas y reservar su carne. Colar bien el caldo. Reservar caliente.

Mientras picar en trozos pequeños la cebolla y los ajos.

En una sartén echar el aceite y pochar a fuego lento la cebolla y los ajos de forma que quede transparente, con cuidado de que no se llegue a quemar, añadir los trozos de jibia y saltearlos a fuego fuerte, removiendo durante uno o dos minutos, de forma que queden doraditos.

Añadir el vino, llevar a ebullición y agregar un poco del caldo reservado, remover bien y retirar del fuego. la cacerola, en el mismo caldo cocer los macarrones siguiendo las instrucciones del fabricante, salando al gusto y procurando dejarlos “al dente” (generalmente suele ser unos doce minutos más o menos).

Sacarlos con una espumadera y echarlos en la sartén. Añadir los mejillones y las almejas, remover bien, rectificar de sal y espolvorear con perejil picado.

Buen provecho...y feliz entrada de semana .


Fuente: este post proviene de Blog de Mi Cocina Carmen Rosa, donde puedes consultar el contenido original.
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