Si queréis una receta fácil, que siempre sale bien, es ésta. La magdalena es un pequeño bizcocho tradicional del que no se conoce su origen exacto.
Aquí en España, la opción de desayuno rápida y fácil es un magdalena, un bizcochito casero que está hecho con aceite de oliva o mantequilla. Cada casa tiene su receta.
Magdalenas caseras venden en todas las panaderías locales y muchas versiones de empaquetadas en los supermercados. ¡Pero no hay nada como una cálida Magdalena, esponjosa y casera, recién sacada del horno!
La receta que os dejo al final es la más tradicional que conozco. Personalmente, me gusta con un aceite de oliva suave aunque puedes sustituir el aceite por mantequilla. Algunos se declaran incondicionales del aceite y echan pestes de la pobre mantequilla. Luego están los defensores del aceite de oliva frente al de girasol. Ambos son aceites vegetales prensados en frío y ambos tienen ácidos grasos beneficiosos para el organismo así que lo que nos hace decidirnos es el sabor. El de girasol no da apenas sabor mientras que el de oliva lo notas en cada bocado.
Algunos defienden que las magdalenas se han hecho siempre con aceite y que eso de ponerles mantequilla es una veleidad francesa. No es cierto, ya que parece que el nombre y la receta vienen de Francia y hasta mediados del siglo XX todas las recetas de magdalenas que se publicaban en español estaban hechas exclusivamente con mantequilla.
Las magdalenas se mencionan en la novela “À la recherche du temps perdu”(En busca del tiempo perdido) de Marcel Proust, en la que el protagonista revive su infancia después de experimentar el olor y el sabor de una “madeleine“ y el té. Esto ayudó a difundir la fama de estos pequeños bizcochos en todo el mundo.
Es cierto que la magdalena puede haberse convertido en parte de la cocina española debido a esto, sin embargo, otras personas dicen, sin embargo, que hicieron su aparición en España durante las peregrinaciones a Santiago de Compostela en Galicia (S XII y XIII). Esta historia afirma que una joven llamada Magdalena servía bizcochos pequeños con forma de concha a los peregrinos que hacían el largo viaje.
No deben confundirse con los muffins ni con los cupcakes ni es lo mismo una magdalena española que una francesa. Las de Francia juegan mucho con diferentes formas y además utilizan la mantequilla en lugar del aceite, mientras que en España se prefiere la utilización del aceite y son muy parecidas a los muffins.
Ingredientes:
180 gramos de harina de trigo
110 gramos de azúcar
100 ml de aceite de oliva suave o girasol
3 huevos medianos
una cucharadita de levadura química o Royal (8 gramos)
50 ml de leche
Sal
y, además,
Azúcar para decorar
Moldes de papel para magdalena
Preparación:
Precalentad el horno a 200 ºC con calor arriba y abajo.
Batid las claras hasta conseguir el punto de nieve. Añadid el azúcar y las yemas y trabajadlo todo junto. Tamizáis la harina y la añadís a la mezcla junto con la cucharadita de levadura y el aceite o la mantequilla (derretida y templada) y uns pizca de sal. Mezcladlo todo bien de forma que quede una mezcla homogénea.
Llenad con esta pasta los moldes de papel de las magdalenas hasta tres cuartas partes de su capacidad ayudándoos con una cuchara. Poned un poco de azúcar por encima para conseguir una costra crujiente.
Metedlas en el horno y cocer unos 15 minutos. No abráis la puerta del horno durante la cocción.
Algunos consejos:
Utilizad los ingredientes a temperatura ambiente. Sacadlos del frigorífico unos 10 o 15 minutos antes de empezar a preparar la receta.
La harina debe ser de trigo y floja, preferentemente de “repostería”
La levadura que se usa para las magdalenas es la química tipo Royal, que hace que la masa crezca con aire.
Se añade una pizca de sal para potenciar el sabor y conseguir un mejor aireado de la masa.
¿Disfrutadlas y ya me contaréis!