La huerta de otoño es un vergel y cuando da su producto suele hacerlo al por mayor. Tengo la suerte de que por estas épocas lleguen a mi casa cargamentos de tomates directamente de la plata, sabrosísimos. Después de hacer salsa a raudales y un montón de ensaladas frescas, lo que toca es hacer mermelada de tomate.
Aunque pueda parecer un tanto contradictorio el añadir azúcar a una verdura, el resultado es una mermelada perfecta para disfrutar con salado. En casa no perdonamos unas tostadas con mermelada de tomate, queso parmesano y albahaca, y si la pasamos por el horno más.
Os animo a preparar esta receta, es fácil y nos permitirá disfrutar de esta hortaliza de una forma diferente.
RACIONES: 2 botes de 200 ml.
DIFICULTAD: baja
TIEMPO: 1 hora
MERMELADA DE TOMATE:
1 kg. TOMATES MADUROS
250 gr. AZÚCAR
ZUMO DE LIMÓN
1.- Lo primero que haremos será pelar los tomates. Podemos hacer lo cuchillo o escaldarlos. Para escaldarlos lo único que tenemos es que darles un hervor, uno o dos minutos y retirarlos. Así podremos retirarles la piel muy fácilmente.
2.- En este punto tenemos dos opciones. Lo tradicional es que retiremos las semillas del tomate, con lo que eliminamos un gran porcentaje del agua del tomate y el proceso de cocción será mucho más rápido, dejándonos un resultado más denso. Si decidimos eliminar las semillas tenemos que pesar la cantidad de tomate limpio que vamos a utilizar ya que el azúcar que indico en la receta sería, para mi gusto excesivo. entiendo que con 1/4 del peso de tomate en azúcar será suficiente, si no queda una mermelada demasiado dulzona. En todo caso esto es al gusto de cada uno.
Yo he optado por la segunda opción, no elimino las semillas del tomate, lo aprovecho todo para la mermelada, no soy capaz de tirarlas desperdiciando esa parte. Así el proceso de cocción será del doble de tiempo y costará un poco más de trabajo espesar la mezcla.
3.- Una vez que tenemos el tomate listo lo añadimos a una cazuela troceado, incorporamos el azúcar, para mí 1/4 del peso del tomate y el zumo de 1 limón. Cocinamos, removiendo de vez en cuando, hasta que la mezcla esté espesa.
Este proceso me ha llevado algo más de 1 hora. Si habéis decidido retirar las semillas del tomate con 35 minutos será suficiente para tener la mermelada lista.
Podemos guardarla en botes y hacerles el vacío cociéndolos durante uno 30 minutos. Así disfrutaremos de una estupenda mermelada durante varios meses.