La mermelada de tomate combina muy bien con todo tipo de quesos, por lo que es perfecta para unas tostadas de queso brie o queso de cabra. Aunque a nosotros nos gusta mucho también cómo queda en los canapes de foie o en tostadas para desayunar. Ya veréis que una vez probéis y aprendáis cómo hacer mermelada de tomate casera repetiréis cada año.
Encontraréis recetas de mermelada de tomate de todo tipo: hay gente que le quita la piel, otros le quitan las semillas, otros todo… Nosotros hemos decidido pelarlos pero dejarles las semillas, ya que nos parece más casera. Es vuestra elección, pero si le quitáis las semillas recuerda que perderás mucho peso, por lo que compra el doble de tomates de lo que se necesita en la receta.
Como os saldrán varios botes de mermelada de tomate casera, es muy importante esterilizar y hacer el vacío bien en los tarros de cristal para poder conservarlos durante más tiempo (aquí os explicamos cómo conservar los tarros de mermelada de una forma fácil).
INGREDIENTES
1 kilo de tomates de pera
500 g de azúcar
El zumo de un limón
ELABORACIÓN
– Comenzaremos pelando los tomates. Para ello tenemos un truco: escaldándolos y posteriormente dejarlos reposar en agua con hielo. Se hace dos cortes en forma de cruz en la base del tomate y de les quita el tronco. Se ponen en agua hirviendo por 30 segundos y seguidamente metemos los tomates en un bol con agua y hielos. Ya veréis cómo que se despellejan casi solos.
– Cortamos los tomates en cuatro y los metemos en una olla (si queremos quitarles las pepitas, éste será el momento).
– Pasamos los trozos a una olla (mejor que sea alta para evitar salpicaduras) y le añadimos el azúcar y el jugo de limón. La cantidad de azúcar siempre tiene que ser la mitad del peso que tengamos en ese momento, por lo que si habéis quitado las pepitas será menos. El limón es muy importante para la receta de mermelada de tomate, ya que contiene la pectina necesaria para que la mermelada cuaje.
– Dejamos macerar durante 30 minutos, para que el tomate vaya soltando su jugo y el azúcar vaya disolviéndose en ellos.
– Pasado ese tiempo, encendemos el fuego y llevamos la mezcla a ebullición. Dejamos así unos 5 minutos y después ponemos a fuego bajo y dejamos que reduzca, removiendo a menudo para que no se pegue. El tiempo total es difícil de decir, ya que dependerá del agua que contengan tus tomates y el fuego, pero aproximadamente unos 40-50 minutos. Si dejamos caer unas gotas de esta mermelada en la encimera, ésta tiene que tener cuerpo, sin ser líquida y se desparrame. Tiene que estar más líquida de lo que la querremos luego, ya que al enfriar espesará.
– Con nuestra mermelada de tomate casera lista, la vertemos en caliente sobre los tarros de cristal esterilizados, los cerramos bien y les hacemos el vacío para poder conservarlos hirviéndolos de nuevo.
Esperamos que hayáis apuntado muy bien los pasos de cómo hacer mermelada de tomate casera. Ya habéis visto que es muy fácil, por lo que esperamos que lo probéis en vuestra casa y nos comentéis cómo ha ido.
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