¿A quién no le gusta la mousse de chocolate?
Hola de nuevo !!!
Llevo unos días o mejor dicho semanas trabajando en el blog, mejorando su imagen, y eso me ha ocupado todo mi tiempo libre, así que no os he podido preparar una entrada en condiciones hasta el día de hoy. Solo espero que os guste el resultado del nuevo diseño tanto como a mí, y que el trabajo haya merecido la pena.
La mousse es un postre delicado, elegante y delicioso, típico de la cocina francesa.
Es una crema suave y espumosa, que básicamente se compone de dos partes diferenciadas: una base de claras montadas o bien nata montada (crema de leche) (las claras montadas y la nata montada (crema de leche) son dos ingredientes claves que definen su textura espumosa), y una carga o composición de ingredientes que se le añaden a esa base, como gelatinas, chocolates, o purés y zumos de frutas, que le aportan cuerpo y firmeza como también sabor y aroma.
Sus principales ingredientes son: huevos (sobre todo las claras montadas no pueden faltar en ninguna receta de mousse), nata (crema de leche) o mantequilla (son los ingredientes que aportan grasa en la receta y la elección de una u otra determina el resultado final de la misma), y azúcar.
Su elaboración se basa en montar o batir, mezclar y enfriar, no requiere ningún tipo de cocción. Además sienta muy bien tanto en verano, como en invierno.
Se sirve bien fría, sola, o acompañada de crema chantilly, alguna fruta fresca o virutas de chocolate.
También se puede utilizar como relleno de tartas, o como base para preparar otras cremas.
Una mousse es realmente fácil de preparar. Pero conseguir una mousse con una textura perfecta, requiere cierta practica y requiere tener presente algunos trucos infalibles. Para que vuestras mousses os salgan perfectas, os voy a poner unos consejos que os serán de gran utilidad, para esta y muchas recetas más.
Utensilios necesarios:
Batidora eléctrica de dos varillas, bascula de alimentos y espátula de goma.
Mousse de chocolate
Ingredientes (para 4 personas):
150g de chocolate negro, 70% de cacao
30ml de agua o leche
300ml de nata (crema de leche) para montar de 35% M.G como mínimo, bien fría
45g de azúcar
3 claras de huevo L, a temperatura ambiente
una pizca de sal
Preparación:
Fundir el chocolate con los 30ml de agua o leche, a baño María o en microondas. Dejar enfriar.
Montar las claras con la pizca de sal a punto de nieve. Añadir el azúcar y seguir batiendo hasta que estén bien montadas y firmes. Para saber si las claras están bien montadas hay que levantar las varillas, y se tiene que formar un copete.
Aparte montar la nata (crema de leche), hasta que esté bien montada.
Añadir el chocolate fundido y enfriado a la nata (crema de leche), e ir mezclando con una espátula de goma (lengua), con mucha suavidad, delicadeza y movimientos envolventes. Es muy importante que el chocolate esté frió, si no haría bajar la nata (crema de leche) y la echaríamos a perder.
Por ultimo incorporar las claras montadas, y seguir mezclando con la lengua y con mucha delicadeza para que no se bajen las claras montadas.
Repartir la mousse en 4 cuencos o copas individuales y llevarla al frigorífico. Dejar en el frigorífico por lo menos 6 horas antes de consumirla, o de un día para otro estará aun mejor.
Decorar a gusto, con nata montada (crema de leche), alguna fruta fresca, unas virutas o láminas de chocolate.
Unos consejos básicos para conseguir una mousse casi perfecta.
1. El chocolate.
A la hora de fundir el chocolate hay que tener cuidado de no quemar el chocolate, de no pasarse con la temperatura y el tiempo necesario para tal acción. Si se sobrecalienta se quemara, lo ideal seria hacerlo a baño María, pero recordar que el agua tiene que estar caliente sin llegar a hervir. Si lo fundimos en microondas hay que hacerlo también poco a poco, cada treinta segundos sacar el chocolate del microondas, comprobar su estado, mezclar con una espátula y si no está fundido del todo volver a calentarlo, hasta que se funda por completo.
Para acelerar el proceso partir el chocolate en trozos pequeños así se derretirá más rápido, con menor exposición al calor. Una vez fundido se debe dejar enfriar, no se puede añadir caliente a la nata (crema de leche), ya que echaríamos a perder la nata (crema de leche) por completo, ya sabemos que el calor es el enemigo nº1 de la nata montada (crema de leche).
2. Las claras.
Las claras se deben de montar a temperatura ambiente y hasta que estén firmes. Hay que montarlas de tal forma a que estén firmes, pero no demasiado rígidas ya que de lo contrario costara mucho mezclarlas con el resto de los ingredientes.
Todos los utensilios que vamos a utilizar en el proceso del batido (como boles, varillas, etc.) tienen que estar limpios, secos y libres de grasa. Cualquier residuo de grasa o partícula de yema interfiere con la formación de burbujas de aire y el agua inhibe la formación de espuma.
3. La nata (crema de leche).
La nata (crema de leche) para montarse debe estar bien fría, pero nunca congelada. Es imprescindible mantener la nata (crema de leche) fría mientras la batimos, por eso pondremos un bol con agua fría y cubitos de hielo debajo del bol donde la vamos a batir, así mantendremos de forma estable la temperatura de la nata (crema de leche) entre 8 - 12ºC. ¿Porque es importante el frió? Pues porque el calor hace que la grasa de la nata (crema de leche) se ablande y pierda consistencia por lo que podríamos estar horas y horas batiendo la nata (crema de leche) sin conseguir ningún resultado.
Tampoco no hay que pasarse con el batido de la nata (crema de leche). Si la batimos en exceso corremos el riesgo de que se corte, y no tiene forma de que se pueda recuperar de nuevo. ¿Como nos daríamos cuenta cuando la nata (crema de leche) está montada y que nos estamos casi pasando con el batido? Pues cuando veáis que va cambiando de color y brillo, cuando se empieza a ir poniendo como más amarillenta y satinada, sin brillo, parar de batir, está montada.
4. La forma de mezclar los ingredientes.
Para obtener una mousse bien aireada y espumosa sobre todo se necesita paciencia y cariño a la hora de mezclar los ingredientes. Uno de los grandes errores es mezclar las claras montadas y la nata (crema de leche) montada con el resto de los ingredientes, de una forma como si estuviéramos preparando un Cola Cao, mezclando con una cuchara y con unos movimientos rápidos y energicos. Así solo romperíamos o eliminaríamos las burbujas de aire que se han creado con el batido de la clara y la nata (crema de leche), y que son muy importantes para conseguir aquella textura airosa y esponjosa tan característica de la mousse. La mousse se compone de aire, por ello hay que mezclar los ingrediente de forma envolvente y con movimientos suaves, deslizando la espátula de goma por las paredes del recipiente y levantando la preparación con mucha suavidad y manteniendo la espátula en todo momento en posición horizontal.
5. El enfriamiento.
Es el último paso importante de la preparación. Después del montaje y la mezcla de los ingredientes hay que dejar que la mousse se enfríe el tiempo necesario antes de consumirla (como mínimo 6h), para que termine de adquirir la consistencia y la textura adecuada de una mousse. Con el enfriamiento el chocolate y las grasas se endurecen con el frió y se separan de las burbujas que hemos añadido con el montaje.
6. Y un último consejo.
Para montar la nata (crema de leche) y las claras utilizar unas buenas varillas, si no, os costara montarlas. Una buena batidora eléctrica de dos varillas seria lo perfecto. Se pueden montar y a mano, o con la varilla de la minipimer, pero yo os aconsejo que lo hagáis con una batidora eléctrica de dos varillas, o con un robot de cocina si lo tenéis por casa claro. Invertir en una batidora eléctrica de dos varillas para hacer repostería casera es un acierto seguro, merece la pena y le sacareis mucho partido.
Observaciones:
*** Para conseguir una mousse de chocolate exquisita, es muy importante utilizar chocolate de buena calidad y de un alto porcentaje de cacao.
*** Si se quiere, en el último momento de la preparación se puede aromatizar la mousse con algún licor.