Sabéis de mi incontinencia verbal y os aseguro que la semana está siendo de lo más productiva para llegar y soltar en mi rinconcito carros y carretas, pero esta vez la prudencia y la gravedad de todo lo que me está pasando me obligan a callar hasta que el asunto no esté en las manos adecuadas pero ya os digo que dentro de un tiempo saldrá todo a la luz. Aquí y en más sitios.
Sólo os doy un consejo, pagadlo todo por el banco, que así siempre hay posibilidad de rastreo. No hay cosa de la que me sienta más orgullosa en estos momentos. Y hasta aquí voy a leer.
Paso a la receta. Unos muffins sanotes, fáciles de preparar, con ingredientes de andar por casa... No es la receta de la vida de nadie pero están ricos, llevaban mucho tiempo en borradores y hoy les ha tocado ver la luz.
Habitualmente tengo más o menos pensado lo que voy a publicar en el mes para no repetir el tipo de postre, el ingrediente principal, para ofrecer variedad... pero mayo está siendo un mes un poco caótico y voy decidiendo sobre la marcha.
Como hoy el día está gris y lluvioso (nada que ver con la semana pasada y todo el calor y buen tiempo que tuvimos) al repasar las recetas pendientes he tenido un flechazo con esta.
Además hace bastante que no traigo muffins ¡con lo que me gustan! así que se ha juntado un poco todo y aquí están.
Tal y como está el patio igual acabamos poniéndonos el bañador y habrá que pensar en irse cuidando y si no siempre vienen bien para activarnos por dentro y no comprar esos yogures que han anunciado desde Arguiñano a Carmen Machi pasando por José Coronado (que por cierto a mí me resultan intragables y prefiero consumir fibra de manera lo más natural posible)
Aunque parezca poco creíble una vez en mi casa había varios plátanos maduros y acabé congelándolos. Os he hablado muchas veces de que en casa los plátanos no se pasaban porque mi marido no daba pie a ello. Él los compra casi verdes y así se los come. Pero a veces (no muchas) o bien hace mucho calor y se maduran rápidamente (en cuanto les aparecen dos manchitas negras ínfimas él ya dice que están muy pasados y no los quiere) o no toma fruta (y a estas alturas no seré yo quién le obligue con lo grande que es y teniendo una madre para tales menesteres) y se quedan en el frutero.
Un día me cansé de que estuvieran dando vueltas en el congelador ocupando un sitio que me vendría mejor para otras cosas así que los dejé en el frigorífico y a la vista de lo que había en casa y de ideas que tenía apuntadas en la agenda (sí, mi agenda da para tonterías de esta calaña) hice estos muffins.
No tengo idea de por qué no hay fotos del interior. Por más que he buscado en mis archivos no las he encontrado, pero os aseguro que queda una miga jugosa, húmeda y muy tierna.
En poco rato tenéis unos muffins ideales para el desayuno o la merienda y una forma estupenda de camuflar fruta y verdura en la dieta de los de casa que a veces cuesta bastante.
En fin, espero que si tenéis plátanos maduros os acordéis de esta receta, que creo os va a gustar ¿Compartimos uno? (aunque no sé yo si es una de las acciones permitidas en la fase de la desescalada que estemos)
Ingredientes:
* 270 gramos de plátano (cinco plátanos maduros y congelados)
* 160 gramos de zanahoria (peso pelada)
* 2 huevos
* 100 gramos de panela
* 150 gramos de harina
* 100 gramos de harina de espelta
* 35 gramos de AOVE
* 100 gramos de leche
* 1 cucharadita de bicarbonato
* 1 sobre de levadura
* 1 cucharadita de canela
* Una pizca de nuez moscada
* 50 gramos de semillas de lino
* Copos de avena
Elaboración:
1. En el vaso de la batidora ponemos los plátanos, los huevos, la panela, el AOVE, la leche, la canela, la nuez moscada y el bicarbonato y batimos hasta obtener una mezcla lisa.
2. Pelamos y rallamos las zanahorias y las ponemos en un bol amplio.
3. Vertemos la mezcla que tenemos en el vaso de la batidora sobre las zanahorias ralladas y añadimos tamizando las harinas y la levadura. Por último añadimos las semillas de lino.
4. Batimos lo justo para integrar y que no queden grumos.
5. Con ayuda de una cuchara para helados vertemos la masa en las cápsulas. Si no son rígidas como las mías os aconsejo ponerlas en una bandeja para muffins.
6. Espolvoreamos unos copos de avena por encima.
7. Introducimos en el horno precalentado a 200 grados y horneamos 15 minutos.
8. Bajamos a 180 grados y horneamos 10 minutos más o hasta que al pincharlas con un palillo en el centro este salga limpio.
9. Dejamos en el horno con la puerta entreabierta diez minutos. Sacamos y dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
Se conservan muy bien en un táper cerrado en el frigorífico o si lo preferís podéis congelarlos y sacarlos un rato antes de consumir.
Es una receta ideal para el reto de mi amiga Marisa 1+/- 100 desperdicio cero para aprovechar las frutas y verduras que se están madurando e incluso los restos de harinas que van quedando en los paquetes.
La semana pasada comentábais que ya no os contaba nada de las niñas. Como no van al colegio ni a la guardería ni se ven con otros niños ¡no pillan nada! Miedo le tengo a la vuelta a la rutina y a la vuelta de las toses, mocos y vómitos, sobre todo los vómitos.
Ahí está Elena que salvo el viernes 13 de marzo que tuvo 38 de fiebre (y ahí comencé a preocuparme aún sin que se hubiera decretado el estado de alarma ni supiéramos nada de lo que se cocía entre el personal de la guardería) y se le bajó rápidamente con una dosis ridícula de apiretal no ha tenido ni una triste reacción a las vacunas. Y no lo diré muy alto porque a principios de mes le queda aún una dosis (que no se la puse a los 14 meses porque estaba el estado de alarma recién decretado y todos muertos de miedo) y nos puede dar una sorpresa.
En cuanto a la comida es diferente a Lara. La mayor se niega a probar cualquier alimento. A la pequeña le viene bien todo. Lo mismo se come un trozo de fresa que una galleta, media aceituna, queso, patata cocida o espinacas. Abre la boca a lo que le des. Y se lo come. Y te pide más. No lloro de la emoción cuando la veo comer así porque no tengo tiempo.
Espero que todos sigáis bien y estéis en la fase de desescalada que estéis lo importante es que hagamos las cosas con cabeza (creo que llevo más de una semana sin ver las noticias, la prudencia la voy a poner yo, no los que nos dirigen) para que salgamos del agujero lo antes posible.
Nos leemos la semana próxima ¡sed felices!
Manos a la masa y ¡bon appétit!