Y dirás, ¿qué es un ochío? Pues es un panecillo tierno salado, cuya característica principal es que va pintado con una mezcla de aceite y pimentón, lo que le da ese color que lo diferencia a simple vista y hace que cualquiera que sabe de ellos los reconozca.
Entre sus ingredientes, además del buen aceite de oliva, no puede faltar la matalaúva (anís en grano) que le da un sabor estupendo.
Es muy común que en bares de la zona te sirvan como tapa un ochío relleno de bodrio (morcilla en caldera), jamón y queso e infinidad de combinaciones posibles, ya que si algo tienen, es que son muy versátiles y combinan con casi todo.
Con esta misma masa se hacen las tortas, que son la versión dulce. Pueden ir rellenas o no y también hay distintas variedades, como las de chocolate, manteca, de candelaria...¡Creo que hay para unos cuantos post más!
¿Te animas a prepararlos en casa?
OCHÍOS
- Ingredientes: (para unos 20 ochíos medianos)
- 500g de harina de fuerza
- 15g de levadura fresca
- 1 huevo "M"
- 1 cucharadita de sal
- Ralladura de 1 limón pequeño
- 220ml de agua templada
- 100ml de aceite de oliva virgen extra + 40ml para pintar
- 1 cucharadita de anís en grano
- 1 cucharadita colmada de pimentón dulce para pintar
- Sal gruesa para decorar
- Elaboración:
- En un bol, echamos el agua templada, añadimos la levadura desmenuzada y la deshacemos.
Una vez deshecha, añadimos la ralladura, la sal, el anís en grano y el huevo, rompiéndolo e integrándolo también.
Ahora es el turno de agregarle la harina en 2 veces. Con las cantidades que te he indicado en esta receta, no tendrás problema para que el agua la admita toda.
Conforme la trabajes, te darás cuenta de que se trata de una masa que se pega a las manos, pero no te preocupes, pues el aceite que vamos a añadir finalmente hará que la masa se despegue y se vuelva perfectamente manejable.
Así, cuando la harina esté bien integrada, incorporaremos el aceite, y trabajaremos la masa para que penetre en toda ella ,obteniendo,como te he comentado antes, una masa que no se pega en absoluto y que estará perfecta para el formado de los ochíos.
Puedes hacer todo este proceso en tu amasadora, pero esta es una receta que yo siempre hago a mano, ya que no es complicada y además así puedo ver (más bien sentir) como evoluciona la masa a través del tacto, lo que me permite saber cuando está lista.
¡Ah! Y porque como a buena panarra, ¡me encanta amasar a mano!
Precalentamos el horno a 180ºC.
Con la masa lista, la dividimos en porciones de 40- 45g y formamos bolas con ellas, que dispondremos sobre la bandeja del horno forrada con papel de hornear dejando un espacio entre ellas (no es necesario que sea muy grande) para cuando crezcan al hornearse.
Mezclamos los 40ml de aceite con el pimentón y pincelamos los ochíos con la mezcla. Esparcimos unos granos de sal gorda sobre cada uno para finalizar.
Horneamos durante 20-25 minutos.
Sacamos del horno y dejamos enfriar en la misma bandeja.
Ya tenemos unos ricos, tiernos y esponjosos ochíos listos para comer!
Y, no te preocupes, porque si crees que has hecho muchos, puedes congelarlos en bolsas en cuanto se hayan enfriado. Para comerlos solo tendrás que sacarlos con un rato de antelación para que se descongelen a temperatura ambiente y estarán como recién hechos.
Son perfectos para un picoteo o una cena, así que te animo muy mucho a que hagas esta receta en casa. Y como siempre, si tienes alguna duda, solo debes dejarme tu comentario más abajo y yo te contestaré para solucionarla.
¡Hasta pronto!
Abrazos