Hoy ha tocado día de excursión. En Madrid hemos entrado en el otoño sin dejar el buen tiempo y hemos aprovechado para hacer lo que más me gusta. Calzar las zapatillas de deporte, un bocadillo en la mochila y pies para qué os quiero.
Con los niños hacemos rutas muy fáciles, pero se agradece estar unas horas a la semana en contacto con la naturaleza. Tanto asfalto, atascos y esa sensación de ir corriendo a todos los lados empieza a pasar factura, y desde que tuve la suerte de hacer el Camino de Santiago intento reconectar conmigo misma cada vez que puedo.
La carta del menú de excursiones en mi casa es bastante limitado, siempre solemos llevar bocadillo de filete de pollo empanado con los extras que haya por la nevera. Hoy ha tocado tomate en rodajas, rúcola, queso curado y una salsa de mostaza y mahonesa. Para soportar unas cuantas horas de mochileo en perfectas condiciones se necesita un pan que no se desmigaje fácilmente, por eso he probado esta receta que había visto en Bloc de recetas, el blog que más consulto para panes de panificadora ya que considero que Salomé es la mejor trabajando la espelta y sus consejos son muy valiosos.
Estoy terminando las existencias de harina que tengo en casa antes de que llegue el nuevo pedido que he hecho, por lo que he usado harina semi integral de espelta y centeno blanco, pero se puede cambiar sin problema por espelta blanca y centeno integral.
Ingredientes
315 de agua
una cucharada de limón exprimido
460 gr. de harina de espelta semi integral, yo compro ésta
40 gr. de centeno blanco
1 cucharadita y 3/4 de sal
1 cucharadita de levadura panadera
2 cucharadas de masa madre deshidratada (hoy no le he puesto, se me ha olvidado y ha quedado bien, pero la que uso es ésta)
Modus Operandi
Se ponen todos los ingredientes en la panificadora y se elije el programa número 1. Yo últimamente pongo la opción de más tostado ya que la pani del Lidl no es la mejor en el horneado y me gusta que quede crujiente por fuera. Peso 1ooo gr.
Yo suelo sacar las paletas amasadoras cuando está en el último levado y cuando termina lo saco y lo dejo enfriar encima de una rejilla.
Hoy la sugerencia musical se la dedico a la víctima de todos mis panes, tanto buenos como malos, que pacientemente se los come sin rechistar y además me anima para que las constantes vitales de este blog no decaigan más de lo estrictamente necesario.