Desde que me llegó a mi correo esta receta de pan de espelta del blog de El Amasadero no he parado de pensar en prepararlo. Supongo que era por las ganas de preparar pan y también por probar por fin hacer uno con espelta. Tantas eran las ganas que tan pronto como tuve un rato para acercarme a mi tienda habitual de harinas me fui para allá y me llevé una bolsita de harina de espelta normal e integral (mezcladas en una proporción de 1:0,5).
Por cierto que la dependienta me preguntó si preparaba el pan en la panificadora. ¿Panificadora? ¡no, por favor! Por lo que ella me contó, no te quita de estar pendiente del aparato para ir poniéndole los ingredientes pero ese no es el principal motivo para no tenerla. Lo que más me gusta de preparar pan -aparte de comerlo, claro- es disfrutar del amasado a mano. Los golpes rítmicos sobre la madera en el silencio de la cocina son casi como estar meditando. Sentir como se va calentando la masa con el calor de las manos y así libera poco a poco su aroma intenso a cereales y levadura… de verdad, quien cambia estas sensaciones por hacerlo en la panificadora, sin ser un caso de necesidad por dolor en los brazos por ejemplo, es que no lo ha probado nunca y no sabe lo que se está perdiendo.
No, yo lo preparo a mano como decía, y me sorprendió la espelta por lo fácil que es de manejar. De alguna manera esperaba que me costara conseguir una masa fina pero creo que está al nivel del trigo normal. Además compré espelta normal e integral (la mitad de la normal) y las mezclé en la misma bolsa. Las harinas integrales me suelen costar más de amasar pero tampoco fue el caso. Y a la vista del resultado, tanto por aspecto como por sabor, no será la última vez que prepare este pan.
Mi receta tiene una ligera variación respecto la del Amasadero, básicamente por las semillas que le puse por encima y que creo que le dan un toque interesante
Pan de espelta en molde
400 grs. de agua a temperatura ambiente
300 grs. de harina de espelta
150 grs. de harina de espelta integral
150 grs. de harina de fuerza de trigo
1 cdta. de levadura seca (recomiendo la del Amasadero)
10 grs. de sal
2 cdas. de semillas variadas (yo puse lino marrón, sésamo, pipas de girasol y mijo)
Como decía en la lista de ingredientes, recomiendo mucho la levadura seca que venden en el Amasadero. Hasta que la compré, nunca antes había conseguido esta miga tan esponjosa y perfecta.
La noche antes prepararemos un poolish: mezclamos 100 grs. de agua, 100 grs. de harina de fuerza y la levadura. Tapamos la mezcla y la dejamos reposar entre 8 y 12 horas.
Al día siguiente tendremos el poolish enorme y lleno de burbujas. Le añadimos el resto de las harinas, el agua y la sal. Lo amasamos en la amasadora o a mano (¿he dicho ya que no hay que perderse la experiencia de amasar a mano?) en la manera que lo hagamos habitualmente (amasados cortos, Bertinet, etc) y dejamos reposar la masa hasta que doble el volúmen alejada de corrientes de aire
Pasadas unas 2 horas desgasamos la masa y, para darle la forma que hice yo, la dividimos en tres partes iguales. Nos untamos las manos con una gotita de aceite y damos forma de bola a las tres porciones. Las colocamos una al lado de la otra en un molde rectangular de unos 30 cms. de largo. Espolvoreamos las semillas por encima y dejamos la masa crecer de nuevo casi hasta el doble de volúmen
Calentamos el horno a 225ºC. Cuando casi esté ponemos un recipiente tipo pyrex que resista bien el calor del horno. Allí echaremos un vasito de agua al meter la masa para formar vapor.
Introducimos la masa con calor arriba y abajo y echamos el vasito de agua del paso anterior en el recipiente para formar vapor. Lo dejamos 15 minutos.
Pasados los 15 minutos retiramos el vapor y bajamos la temperatura a 190ºC. Dejamos que se hornee 20 minutos más.
Sacamos el pan del horno y, con mucho cuidado lo desmoldamos y lo ponemos a enfriar sobre una rejilla para que no se quede el culo húmedo. Cuando esté frío podremos disfrutar de un pan estupendo y facilísimo de preparar.
Tendríais que haberme visto la cara cuando le he cortado la tapa y he visto esa miga maravillosa, me ha faltado poco para llorar de emoción.
Un consejo: si dudáis entre dos tamaños de molde donde hacer este pan, decantaros por un molde mediano-pequeño. Si la masa acabada de poner en el molde llega casi hasta el borde, cuando crezca durante el reposo y el horneado sobresaldrá y quedarán estas rebanadas altas con tanta presencia. Un pan casero para impresionar. Felicito al blog del Amasadero por tan excelente receta :)