Os proponemos un juego. No podría ser de otra manera en un blog que se llama “Juego de sabores”. Mirando las fotos se trata de adivinar qué calabazas son las verdaderas y cuáles son las comestibles, que también son reales, claro está. Las primeras son de adorno, no se comen. Las segundas son pequeños panes de calabaza, deliciosos. El premio consiste en rellenar estos últimos de algo dulce como por ejemplo una mermelada o bien con algo salado, jamón y queso, salmón ahumado Lo que tengáis a mano. Su elaboración es sencilla y si disponéis de algo de tiempo podéis “moldearlos” como si de auténticas calabazas se tratase.
RECETA
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INGREDIENTES (10 panecillos de 80 g.)
140 g de puré de calabaza, mejor asada
120 g de leche tibia
Una bolsa de levadura seca de panadería (4,6 g) o levadura fresca de panadero (14 g)
Un huevo, más una cucharada de leche
50 g de panela o azúcar moreno
Media cucharadita de sal
40 g de mantequilla y un poquito más para después de horneados
400 o 450 g de harina de trigo tamizada, según la humedad de la calabaza.
Una cucharadita de aceite
Hilo de bridar
PREPARACIÓN
Tamizar la harina y mezclar con la levadura y la sal.
En un bol poner la leche, la mantequilla derretida, el azúcar, el puré de calabaza y medio huevo batido (reservar el otro medio junto con la leche para pincelar los panecillos) y mezclar. Añadir la harina con la levadura y la sal. Mezclar todo y amasar con amasadora accesorio gancho, en thermomix velocidad espiga o a mano hasta conseguir una masa lisa y homogénea. Este proceso puede durar 10 minutos con máquina o mucho más a mano.
Untar un bol con un poquito de aceite y dejar reposar la masa, tapada con papel film, hasta que doble su volumen. Dependiendo de la temperatura puede tardar entre hora y media o dos horas.
Una vez duplicada la masa poner un poquito de harina sobre el mármol, desgasificar la masa y hacer bolas de 80 g, aproximadamente. Bolear, atar con hilo de bridar para darles la forma característica de las calabazas.
Poner los panecillos sobre una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado. Cubrirlos con papel film y dejar que dupliquen. Pincelarlos con el huevo restante y una cucharadita de leche.
Encender el horno a 180º y hornearlos durante 15 o 20 minutos. Cuando estén aun calientes, untarlos con mantequilla derretida y dejar enfriar sobre una rejilla.
Estos panecillos sirven tanto para bocadillos dulces como salados.