No le quedaba mucho por llegar a su destino y ya había repasado una y mil veces su vida. Su vida acomodada en un matrimonio aburrido y sin pretensiones. Rodeada de personas que siempre le dijeron lo que tenía que hacer
Y ahora está en este tren que no perdona kilómetros y que la lleva hacia el único hombre que amó de verdad o simplemente, al único hombre que amó
No sabe lo que encontrará pero no quiere seguir imaginando. Sea lo que sea lo que encuentre, quiere verlo, oírlo, sentirlo
Sabe que ese viaje es la excusa perfecta para romper con todo lo anterior
Si todo el mundo asegura que nunca es tarde, ya es hora de comprobarlo. De arriesgarse. Y encontrar a su amor de juventud, es un buen motivo
Recuerda la ciudad, pero no recuerda ni el barrio ni la calle
Busca una aguja en un pajar, pero le sobra tiempo y determinación
"Preguntando, se va a Roma". Hoy su cabeza anda llena de tópicos
Ella tenía veinte años y él unos cuantos más. Ella tiene cincuenta años, él unos cuantos más
El tercer día de preguntar e indagar, le lleva a un barrio residencial. Casitas, todas iguales y alineadas una al lado de la otra. Sin personalidad
¿No estará volviendo a lo mismo que ha querido dejar atrás?
Toca el timbre, espera. Abre una mujer de más de sesenta años. Peinado de peluquería semanal
Pregunta. No le da miedo preguntar
El otro rostro se crispa pero contesta. Cierra la puerta. Ha entendido quién era ella
Se marcha a su hotel. Tiene que estar preparada para el encuentro. Saber qué le dirá. Respirar hondo
A la entrada le indican el lugar exacto
Ya está frente a él
"Hola. Aquí estoy", dice en voz alta
Aparta una hojas secas de la lápida y se sienta
El resto se lo dice sin palabras
PD Segunda parte del relato que acompaña mi receta de Flan de calabacín
Chuchurrío pero riquísimo
INGREDIENTES
1 lámina de hojaldre
3 yemas de huevo
150 g de azúcar
60 g de maicena
150 g de chocolate con leche
2 claras de nuevo
Agua
ELABORACIÓN
Poner un cacito con agua a calentar
Poner un un bol pequeño el chocolate en onzas y 4 cucharadas de agua
Derretir al baño María
En un bol, mezclar las 3 yemas con 50 g de azúcar
Batir hasta conseguir una crema
Añadir la maicena
Mezclar hasta incorporar
Añadir esta mezcla al chocolate fundido, lentamente sin dejar de remover
Forrar la cubeta con la lámina de hojaldre con el papel de horno que lleva
Dejando que suba por las paredes 2-3 dedos
Verter la mezcla de chocolate encima del hojaldre
Dejar enfriar
Batir las 2 claras a punto de nieve
Ir añadiendo 75 g de azúcar poco a poco
Batir hasta que el merengue quede rígido y brillante
Añadir los 25 g de azúcar restante
Mezclar
Verter el merengue sobre el chocolate frío
Alisar la superficie con una cuchara
Recortar el hojaldre que pueda sobrar, con la punta de un cuchillo
Menú Horno 25 + Tapa horno hasta que se dore el merengue
Receta adaptada de las fichas coleccionables de La cocina de mi abuela de Planeta de Agostini