Eso estaba acabando con su vida. Con su vida amorosa, social y con su salud
No entendía porqué, pero desde que trabajaba de noche había engordado, tenía ojeras, estaba permanentemente cansada y hasta su pelo había perdido brillo
Cualquier excusa era buena para zamparse un donut de chocolate, unas patatas fritas o unas galletas de chocolate
Era una mujer tan dulce cuando empezó a trabajar de noche y ahora no se reconocía
De mal humor, criticaba a sus compañeros, no los soportaba
Sus amigos dejaron de llamarla. Nunca estaba disponible para hacer planes, prefería dormir
Cuando se metía en la cama parecía que no no hubiera dormido en años
En su día de fiesta, se pasaba las horas tirada en el sofá, mirando programas tras programas, sin captar nada de lo que veía y cuando llegaba la noche, permanecía desvelada y tenía que levantarse y volvía a encender la televisión. Le daban igual los anuncios que la teletienda
Cuando su báscula le anunció lo que ella ya sabía, que había engordado siete kilos en aquellos seis meses, tomó una determinación
Con la cara pálida, llena de granos por el chocolate y el pelo en una cola mal hecha, pidió la cuenta y se fue de aquel trabajo como alma que lleva el diablo
Se fue sin despedirse de nadie
PD Frase inspirada por Sara Bertran
**Cualquier parecido con la realidad es pura invención
INGREDIENTES
400 g de tallarines
200 g de gambas peladas
1 zanahoria
Media cebolla
1 pimiento verde
Salsa de soja
1 guindilla
Pimienta
Sal
Aceite de girasol
Perejil
ELABORACIÓN
Cocer los tallarines según el fabricante, en la cubeta o en una cazuela
Escurrir y reservar
Cortar la cebolla en juliana
Cortar la zanahoria en rodajas finas
Cortar el pimiento en bastones finos
En la cubeta poner aceite
Poner todas las verduras. Saltear
Cuando la verdura esté tierna, añadir las gambas y la guindilla
Salar con una pizca de sal
Espolvorear con pimienta
Dejar cocinar 1
Retirar la guindilla
Añadir la pasta
Añadir salsa de soja al gusto
Remover
Espolvorear con perejil
Receta adaptada de Divina cocina