Y aquella casa estaba frente al mar
La casa de sus abuelos, de sus padres, de sus navidades, de sus vacaciones escolares y ahora la de ella
Desde ella había aprendido a reconocer cada movimiento y cada sonido de aquel mar
Nunca se había fiado cuando estaba en calma y menos aún, cuando despertaba de su letargo y por puro capricho, golpeaba con furia la playa y sus rocas, como si lo empujara la rabia por no haberse cobrado su recompensa aquel día
Sabía que aquel miedo al mar le venía de cuando, alrededor de una fogata, los adultos contaban aquellas historias de sirenas raptadas, de marineros desaparecidos, de barcos engullidos y mil historias más
Ahora ya no era miedo de aquel de esconderse bajo el edredón o de no querer poner un pie en el agua
Entonces los adultos se reían y le decían que llegaría un día en que amaría el mar para siempre
Aquel día aún no había llegado y a su edad, dudaba que le llegara
Se pasaba horas mirándolo, desde la magnífica terraza de su casa
Durante horas mantenía diálogos silenciosos con él
Le decía: "sé quien eres, sé de lo que eres capaz, a mi no me seducirás. A otros muchos si, aquí o en cualquiera de tus orillas. Conseguirás llevarte a muchos. Imprudentes, les llamarán"
Y así años tras años
Aquella casa era su hogar, lo que más amaba en su vida
Tenía que dejar lo que más amaba
Recorría cada habitación por última vez, se asomaba a aquella terraza por última vez y se despedía de aquel mar que la vigilaba
"Me has ganado" le dijo
Seis meses atrás, cuando supo que esperaba un hijo, el que tanto anhelaba, no dudo un segundo. Renunció a aquella casa
Lo que ganaba por un lado, lo debía perder por otro
Equilibrar la balanza de la vida
Porque el niño se enamoraría de aquel mar y el mar de aquel niño
Y tal vez, sabía que solo tal vez, el mar se cobraría tanto desafío. No podía arriesgarse
"Me has ganado" le dijo ella
"Haces bien" le susurró el mar
PD Las personas hacen más daño al mar que el mar a las personas. No hay suficiente justicia poética en este mundo
INGREDIENTES
150 g de azúcar
125 g de mantequilla
4 huevos
1 cucharada de esencia de vainilla
115 g de harina
450 ml de leche
1 cucharadita de agua
Media cucharadita de sal
Azúcar glas
ELABORACIÓN
Cortar la mantequilla en cubos
Poner agua a hervir en un cacito y fundir la mantequilla al baño maría
Reservar
Separar las yemas de las claras de huevo
Montar las claras a punto de nieve
Añadir la sal
Reservar en la nevera
Tamizar la harina
En un bol, batir las yemas de los huevos con el azúcar
Sin dejar de batir, añadir la mantequilla, la esencia de vainilla
Añadir la harina, el agua y la leche
Seguir batiendo
Añadir las claras montadas en tres veces, removiendo con una espátula con movimientos envolventes
En la cubeta poner spray desmoldante
Colocar papel de horno en el fondo y que suba por las paredes 3-4 dedos
Verter la masa en la cubeta
Menú Horno 40
Retirar la cubeta de la olla
Colocar la tapa horno unos minutos para que se dore la parte de arriba
Retirar la tapa horno
Dejar enfriar dentro de la cubeta
Cuando esté casi fría, guardar en la nevera dentro de la cubeta unas 4 horas mínimo
Desmoldar
Espolvorear con azúcar glas
Receta adaptada de la revista Postres Lecturas nº27 pág.66