Que sus padres se lo negaran sistemáticamente, no fue normal
Cuando sus padres ya no pudieron evitar el tema ni seguir mintiéndole, ella tenía quince años
El recelo se instaló en su vida. Sus padres se convirtieron casi en sus enemigos
En plena adolescencia no entendía nada de la vida y menos aún de su vida
Las explicaciones sobre su adopción nunca la convencieron
Ante su insistencia, sus padres no encontraban las palabras. Todo eran evasivas, miradas a escondidas entre ellos
Y ella solo quería saber la verdad y sus padres se la negaban. No entendían que lo único que ella quería era saber si era adoptada. No iba a dejar de querer a las únicas personas que se habían preocupado de cuidarla y amarla
Ella creía que tenían miedo de que eso ocurriera
A los quince años ya sabía que era adoptada, pero cualquier otro detalle de su procedencia no existía
Ahora, con treinta y ocho años, ya sabía casi toda la verdad
Unas monjas le impusieron una vida diferente a la que le hubiera tocado. Esas monjas decidieron darle unos padres que no le pertocaban
La separaron de su madre biológica y la vendieron al mejor postor. A una pareja que hubiera dado todo lo que tenía por tener un hijo, sin importarle el hecho de que lo estuvieran comprando, sin saber las circunstancias de la madre. Creyendo solamente las mentiras de aquellas monjas. Su deseo estaba cumplido, no necesitaban nada más
Localizó primero a sus dos hermanos. Ahora se disponía a conocer a su madre
Ya no le queda tiempo para disfrutar de ella. La memoria se había encargado de eso. Había llegado tarde a aquel encuentro. Demasiados años perdidos entre papeles y trabas
Y ahora tenía delante a aquella mujer, con la mente embrollado por el Alzheimer, que no reconocía a los hijos que había criado, ¿cómo iba a acordarse de ella? De aquel bebé que le habían arrancado de sus brazos al nacer
De aquel bebé, del que durante toda su vida, había jurado y perjurado que se lo habían robado. Que su hija había nacido sana y hermosa
Después de muchos años de búsqueda, había ganado dos hermanos, pero había perdido a sus padres, aquellos que la compraron sin ninguna conmiseración y a los que no pudo ni supo perdonar, y a su madre
Aquella mujer que solo la olvidó al final de sus días y por una fuerza mayor
INGREDIENTES
300 g de galets o cualquier otra pasta que se pueda rellenar
200 g de queso ricotta
300 g de mozzarella rallada
250 g de parmesano rallado
300 g de espinacas congeladas
2 cucharadas de aceite
4 dientes de ajo
Perejil
Pimienta
1 huevo
1 cucharada de nuez moscada
200 ml de tomate frito
ELABORACIÓN
Descongelar las espinacas y escurrir muy bien
Pelar y cortar los dientes de ajo pequeño
En la cubeta poner 3 litros de agua con sal
Llevar a ebullición
Verter los galets y cocer 12 en abierto
Escurrir la pasta y reservar
En la cubeta poner el aceite
Menú Cocina
Saltear el ajo
Añadir perejil, las espinacas bien escurridas, la nuez moscada y pimienta
Mezclar bien
Cocinar 2 todo junto
Cancelar menú
En un bol colocar la mezcla de espinacas
Añadir el ricotta, la mitad de la mozzarella, el huevo y el parmesano
Mezclar bien
Rellenar los galets con la farsa de espinacas
En un molde de vuestra elección, colocar tomate frito en la base
Ir colocando los galets rellenos boca arriba
Cubrir con tomate frito
Espolvorear con la mozzarella restante
Colocar en la cubeta la rejilla
Encima de la rejilla colocar el molde
Menú Horno 20 + Tapa Horno hasta gratinar al gusto
Receta adaptada de la revista Love Cocina nº 57 pág.43
Consejos de La Farsa
*La mejor manera de mezclar la farsa es con las manos, para que se integren todos los ingredientes
*He usado dos moldes como los de la foto. he puesto dos capas de galets y aún me han sobrado unos poquitos. Y como también me ha sobrado farsa, mañana haré otro otro molde. con la farsa creo que haré una lasaña
*La pasta es mejor cocinarla al dente, así es más fácil de manejar a la hora de rellenar y no se rompe tanto y se acaban de hacer con el horneado
*Podéis hervir la pasta cerrando la olla, pero a mi me gusta hacerlo con la olla abierta
*La espinaca debe estar muy bien escurrida para que la farsa no salga aguada
Aquí con la base de tomate y las dos capas de galets rellenos. Falta cubrir de tomate frito y espolvorear mozzarella