Y es que aunque se llama pastel de arroz como podréis comprobar en la receta, resulta que no lleva arroz en su composición.
Curioso verdad?
El origen de este dulce, típico de Bilbao, no esta claro del todo aunque una de las versiones que se cuentan sobre el es que los marino bilbainos trajeron esta receta desde Filipinas, donde se elaboraba con harina de arroz y una vez llegaron a España, se sustituyo por harina de trigo, manteniendo el nombre original de pasteles de arroz.
Sea o no cierta la historia el resultado es que hasta nosotros ha llegado un dulce, sencillo de preparar y sin duda riquísimo que os podrá sacar de un apuro en cualquier momento, quedando como perfectos anfitriones.
Versiones de este dulce hay muchas y yo quiero enseñaros la mía...
Ingredientes
• 250gr. de nata (crema de leche)
• 250gr. de leche
• Cascara de un limón sin parte blanca
• 1 palito de canela
• 125gr. de harina normal o maicena
• 150gr. de azúcar
• 4 huevos
• 90gr. de mantequilla y un poquito más para pintar los moldes
• Obleas de empanadillas
Elaboración
Pondremos en un cazo al fuego la leche, la nata (crema de leche), el palito de canela y la cascara de limón y llevaremos a ebullición.
Una vez comience a hervir apartamos del fuego y le agregaremos la mantequilla removiendo hasta que se funda e integre. Reservamos hasta que temple.
Untamos los moldes (yo utilice moldes de magdalenas) con un poco de mantequilla fundida y ponemos en cada uno una oblea de empanadilla, que hará de base para nuestro pastelito. Reservamos.
Precalentamos nuestro horno a 180º con calor arriba y abajo.
Colamos en un bol nuestra mezcla de leche y nata (crema de leche), que teníamos reservada para quitar posibles restos de la piel o la canela y le agregamos los huevos, el azúcar y la harina.
Batimos con la batidora hasta que quede una crema fina. Ponemos esta crema en una jarra y vamos llenando, sin llegar al borde, los moldes con la oblea.
Metemos al horno durante 20/25 minutos, dependiendo de nuestro horno.
Una vez horneados sacaremos y enfriaremos sobre una rejilla.
Mirar que corte mas bonito tiene