INGREDIENTES (Para 4 personas):
4-5 Patatas Medianas
2 Tomates
1 Cebolla
2-3 Dientes de Ajo
200 g Gambas
500 g Chipirones
Medio Vaso de Vino Blanco (200 ml.)
2 Hojas de Laurel
1 Litro de Caldo de Pescado aprox.
Unas hebras de Azafrán
Sal al gusto
Pimienta
Aceite de Oliva Virgen Extra
Almejas (opcional)
VÍDEO RECETA: Patatas a la Cazuela
Receta paso a paso de Patatas a la Cazuela
Preparar el marisco
Lo primero que vamos a hacer es limpiar bien los chipirones. No es una labor difícil pero sí tendrás que tener un poco de paciencia, si no tienes los chipirones ya limpios porque los hayas comprado así.Así que tendremos que enjuagar uno a uno y simplemente tienes que hacer los siguientes pasos:
Separar la cabeza del cuerpo y quitamos el cartílago que es una especie de espina transparente alargada
Quitarle los restos de piel más oscuros que pueda tener alrededor. Es una piel fina que sale con facilidad
Lavarlos bien por dentro. Hay quienes le dan la vuelta completa
Cortar las patitas y separarlas de los ojos.
Cuando los tengas limpios los reservas para más adelante. Puedes sustituir los chipirones por calamares.
Pelamos también las gambas frescas y con los restos de cáscara y la cabeza vamos a preparar un caldo que vamos a usar para las patatas.
En un cazo ponemos los restos de las gambas y agregamos agua hasta cubrir bastante. Si vemos que nos quedamos cortos podemos añadirle más si nos hiciera falta.
Yo he hecho un caldo de gambas rápido, pero si quieres sacarle todo el sabor posible, lo mejor es que rehogues primero las cabezas y piel con un buen chorreón de aceite de oliva en una olla, aplastar bien con una cuchara e incluso agregar un poco de vino o licor. Luego ya le echaríamos el agua para dejarlo hervir durante al menos 15 – 20 minutos.
Cuando el caldo de gambas esté listo, lo reservamos.
Cómo preparar las patatas en cazuela
Ahora, en una sartén o cacerola vamos a poner unas 4-5 cucharadas soperas de aceite de oliva, cuando esté caliente echamos la cebolla cortada en dados pequeños.Rehogamos a fuego medio por un par de minutos y añadimos los ajos pelados y troceados. Añadimos ahora un poco de sal para que la verdura empiece a sudar y coja el sabor de la sal.
Una vez que la verdura esté empezando a dorarse, añadimos el tomate rallado. Puedes usar tomate natural, tomate triturado o salsa de tomate ya preparada.
Mezclamos ingredientes y agregamos unas hojas de laurel para darle más sabor a nuestro sofrito.
Vamos a dejar que el tomate se reduzca hasta que quede seco y le vamos a añadir los chipirones limpios y cortados a la mitad. Los rehogamos durante unos minutos. Verás como reducen bastante su tamaño.
Luego, subimos el fuego e incorporamos el medio vaso de vino blanco. En mi caso he usado vino Manzanilla. También puedes usar vino Fino. Ya sabes que siempre me gusta usar vino de mi tierra, para cocinar. Y más si mi tío tiene una pequeña bodega en Jerez estupenda con los mejores vinos de la comarca
Dejamos que el vino evapore durante unos dos minutos más o menos a fuego alto. Mientras que el vino evapore podemos cortar las patatas.
Las patatas las vamos a tronchar o chascar. Esto quiere decir que vamos a cortarlas en trozos introduciendo el cuchillo y antes de cortar cada trozo del todo las partimos, rompiendo el final de cada pedazo. Con esto conseguimos que el caldo espese sin necesidad de añadirle harina ni cualquier otro ingrediente que le haga espesar. Utilizamos el propio almidón de la patata.
A continuación, añadimos las patatas al sofrito, bajamos el fuego a moderado, removemos un poco y agregamos el caldo de gambas que teníamos reservado con un poco más. En este caso hemos usado caldo de pescado ya comprado, pero puedes usar agua, también, si ves que te falta. Agregamos sal al gusto, también un poco de pimienta.
Vamos a dejar hervir las patatas en este caldo durante al menos 20 minutos o hasta que veas que estén tiernas. Si ves que te falta caldo, puedes añadir un poco más de caldo o de agua siempre que sea caliente para no romper la cocción.
Mientras que las patatas cuecen vamos a poner en un mortero unas cuantas hebras de azafrán, las aplastamos para sacarle todo el sabor y luego añadimos un poquito de agua y mezclamos.
Esta mezcla la vamos a incorporar al guiso de patatas a mitad de la cocción.
Comprobaremos que las patatas estén tiernas pinchando con un cuchillo. Si ves que la patata se suelta sola del cuchillo es que está tierna y en su punto.
Apagamos el fuego y es cuando le añadimos las gambas peladas, con el calor residual para que no encojan demasiado. Mezclamos un poco para que las gambas cojan bien el calor y ya tenemos las patatas a la cazuela listas para servir.
Otra opción es añadir un puñado de almejas que podremos agregar también unos cinco minutos antes de apagar el fuego para que se abran.
A mi me gusta aplastar las patatas con un tenedor y luego comerlo todo con cuchara. Creo que es uno de los grandes placeres de mi vida.
Y a ti, ¿cómo te gustan los guisos de patatas? Déjamelo en los comentarios de abajo