Hoy comparto la receta de unas papas al horno con queso parmesano tan ricas y crujientes que parecen fritas. Desde que publiqué la receta de los gajos de patatas especiadas al horno me he vuelto fan incondicional de las papas horneadas, me gustan porque son fáciles de preparar, no quedan pringosas y, sin duda, son más saludables que la versión frita.
Si les apetece probar la receta, les recomiendo que elijan algún tipo de patata que quede crujiente cuando se fríe. Yo usé la variedad agria, aunque en las fruterías generalmente no la venden con ese nombre, muchas veces la comercializan como patata para freír. Hasta el momento he probado la patata agria gallega, la de Cádiz y la de Córdoba, las tres son buenísimas. Si no tienen ni idea de patatas, simplemente pídanle a su frutero que les venda unas buenas patatas para freír, seguramente ellos les darán las apropiadas.
También les aconsejo que usen una fuente hornear amplia, sobre todo si piensan hacer una gran cantidad de patatas, lo ideal es que no haya más de dos capas en la bandeja, de ese modo quedarán crocantes y doraditas. Con tres capas es probable que algunas rodajas salgan blandas. Las papas con queso pueden ser servidas como un aperitivo para acompañar alguna bebida o como una guarnición, esta vez fueron el complemento de unos champiñones salteados, pero en otras ocasiones las he comido con alguna carne o pescado a la plancha.
Vamos con la receta! Recuerden que me pueden encontrar en facebook. Los invito a visitar mi blog --> Los Antojos de Clara.
Ingredientes:
600 gramos de patatas
1 cucharada de aceite de oliva
Pizca de sal y pimienta al gusto
Queso parmesano recién rallado
Preparación:
Precalentamos el a 220 ºC. Lavamos las patatas, las pelamos y las cortamos en rodajas de un grosor medio, aprox. 4 mm de espesor. Lavamos las rodajas en abundante agua para eliminar el exceso de almidón y las escurrimos bien. Colocamos las rodajas en la bandeja de hornear, adicionamos una cucharada de aceite de oliva y una pizca de sal y pimienta, no se excedan con la sal porque después se cubrirán con queso parmesano. Con las manos removemos las patatas, nos aseguramos de que todas las rodajas queden bien embadurnadas con el a aceite de oliva.
Organizamos las rodajas en la bandeja de tratando de que no queden amontonadas, lo ideal es formar como máximo dos capas de patatas, la segunda tapará las uniones o agujeros de la primera capa. Enseguida, horneamos las patatas por 30 minutos o hasta que se vean medianamente doradas. Transcurrido ese tiempo, sacamos las patatas del horno y las volteamos manteniendo el orden. Espolvoreamos queso parmesano sobre todas las rodajas y volvemos a hornearlas por 15 minutos más. Al agotarse el tiempo deben estar doradas y crujientes. Sacamos la bandeja del horno y servimos enseguida.
A disfrutar!!
Hasta pronto!!