Es uno de esos postres que siempre que haces te sientes súper realizado, pero que te da pereza hacer. A mí es lo que me suela pasar con las pavlovas y después resulta que son un postre súper agradecido, que sorprende muchísimo y que se suele disfrutar al máximo. Debería plantearme hacerlo más a menudo y con opciones más interesantes. Pero esta vez me quedo con estas pavlovas individuales con frutos rojos que tanto hemos disfrutado en casa.
La pavlova es una de las recetas más típicas que nos llegan de Oceanía. El origen exacto no se conoce con exactitud ya que tanto Australia como Nueva Zelanda está luchando por llevarse los méritos de este postre tan delicioso. Mientras tanto, podréis disfrutar de esta receta en casa, así como la tarta pavlova que hice hace unos años para San Valentín que fue todo un espectáculo. ¡No te pierdas la receta aquí!
La pavlova es un postre fantástico con el que sorprender en una cena romántica o de amigos o familiares. Y esta opción de hacer pavlovas individuales puede ser el postre definitivo para que tus comensales o invitado especial sienta todo el amor que quieres mostrarle. ¡Se va a enamorar seguro... al menos de tu buen hacer en la cocina!
PAVLOVAS INDIVIDUALES
Dificultad: Fácil
Horneado: 90 mins
Tiempo: 140 mins (aprox)
Temporada: San Valentín
Raciones: 9 personas
Etiquetas: Postre, tarta
Trotamundos: Oceanía
INGREDIENTES
Para el merengue
3 claras de huevo
180 gr de azúcar blanco
Una cucharadita de vainilla en pasta
Un chorrito de limón
Una pizca de sal
Para la decoración
300 ml de nata (crema de leche)
90 gr de azúcar blanco
Mermelada de fresa
Frutos rojos, lima, pistachos, hierbabuena...
CÓMO SE HACE
- Precalentamos el horno a 180ºC, calor arriba y abajo.
- Comenzamos con el merengue. En un bol, echamos las claras de huevo y la sal y batimos a velocidad lenta durante un minuto para romper la liga.
- Subimos la velocidad al máximo y, poco a poco, agregamos el azúcar a cucharadas. Cuando empiece a montar, añadimos la vainilla y el zumo de limón.
- Batimos hasta conseguir un merengue brillante y firme.
- Cubrimos la bandeja de horno con papel de horno o una lámina de teflón. Rellenamos una manga pastelera con boquilla rizada o de estrella con el merengue.
- En mi bandeja caben 9 nidos, depende del tamaño, claro. Primero hacemos la base, empezando del centro y yendo hacia el exterior, formando un círculo, y subimos la manga para crear el borde del nido, dejando un hueco en el centro. Llenamos la bandeja, dejando un poco de espacio entre ellos porque crecen ligeramente en el horneado.
- Bajamos la temperatura a 100ºC y horneamos durante una hora y media o hasta que el merengue esté duro. Os recomiendo que bajéis ligeramente la bandeja, que no esté en el centro exacto del horno. Se tostará ligeramente. Si veis que se quema, podéis cubrirlo con papel de plata, aunque tardará un poco más en hacerse.
- Dejamos enfriar por completo dentro del horno.
- Montamos la nata (crema de leche). Para ello, con unas varillas batimos hasta que empiece a espumar, en ese momento iremos añadiendo el azúcar a modo de lluvia. Seguimos batiendo hasta que forme picos perfectos. Reservamos la nata (crema de leche) en la nevera dentro de una manga pastelera con boquilla de estrella.
- Para montar la pavlova, rellenamos ligeramente con nata (crema de leche) el hueco de la pavlova. Añadimos una cucharada de mermelada de fresa (o la que más te guste) y terminamos decorando con más nata (crema de leche), formando una espiral, siguiendo un poco el dibujo que hemos creado antes con los nidos (aunque no usemos la misma boquilla).
- Decoramos con frutos rojos al gusto: yo he usado frambuesas, arándanos, hierbabuena, lima y pistachos.
- Servimos en frío. Conservar en frío hasta la hora de servir.
¡A disfrutar!
TRUCOS Y CONSEJOS
Otra opción es hacer las capas lisas, extendiendo el merengue por los círculos, sin más, son complicarse. Es el resultado clásico de este postre.
Podéis usar el colorante que os apetezca para el merengue para darle un toque diferente, aunque el rosa o rojo son los que más encajan en las fechas.
Para conservar, mejor en un lugar frío si ya van decoradas, pero que no sea muy húmedo o el merengue puede ablandarse. Mejor decorar justo antes de servir, pero si no, podéis secorar y guardar en la nevera bien cubiertos con papel de aluminio.
Fuente: este post proviene de Jaleo en la Cocina, donde puedes consultar el contenido original.
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