Pencas de acelgas rebozadas, un bocado delicioso. Las acelgas nos aportan muchas vitaminas, minerales y fibra, también tienen calcio, casi tiene el mismo calcio que la leche. Lo mejor es consumirlas cuando están de temporada que están en su mejor momento.
Las acelgas se dividen en dos partes, las hojas verdes y la parte blanca que es la penca. Las dos partes se pueden utilizar en el mismo plato, pero hay platos que solo se utiliza la parte de las hojas, así que son las pencas podemos preparar otros platos como estas receta de pencas de acelgas rebozadas.
Con las acelgas podemos preparar muchos platos, es una verdura que le va bien a muchos guisos, se pueden comer cocidas con algún aliño o solo con un poquito de aceite, es una verdura suave y ligera.
Las acelgas tienen muy pocas calorías, solo tiene 29 calorías por 100 gr., así aunque las hagamos rebozadas que suben las calorías tampoco sería un plato muy calórico.
Esta menara de preparar las pencas de acelgas es ideal para introducirlas y que la familia las pruebe. Cuando las hice por primera vez, la cara que me pusieron en casa no era muy buena, pero cuando las probaron gustaron, la verdad es que no parecen acelgas, quedan suaves.
Si quieres darles más sabor, puedes poner en el rebozado un poquito de ajo y perejil, quedan con mucho más sabor.
Ingredientes:
1 manojo de acelgas
harina
1-2 huevos
Sal
Aceite de oliva
Preparación:
Empezaremos lavando las acelgas bien bajo el grifo, quitamos bien la tierra. Para hacer las pencas de acelgas rebozadas, necesitaremos la parte blanca de la acelga. Cortaremos la parte verde, estas las utilizamos para añadirlas a un guiso.
Con ayuda de una puntilla iremos quitando las hebras que tienen en la superficie las pencas. Las cortamos en cuadrados del tamaño que os guste.
Ponemos una olla con agua y sal, las cocemos hasta que queden tiernas unos 5 minutos, se terminaran de cocinar cuando se frían con el rebozado.
Las escurrimos bien y las secamos con papel de cocina.
En un plato ponemos la harina y en otro batimos un par de huevos. Ponemos una sartén con abundante aceite a fuego medio. Salamos las pencas y las pasamos primero por la harina y luego por el huevo, las vamos echando a la sartén que ya estará caliente el aceite.
Las freímos hasta que queden doradas por los dos lados. Las vamos sacando y las vamos poniendo en un plato donde tendremos una hoja de papel de cocina, para que absorba el exceso de aceite.
Y listas para comer!!!
Montse