Las nueces son una fuente de salubridad espléndida. Tienen una poderosa cantidad de antioxidantes, proteínas y fibra, y además "son el único fruto seco con una cantidad significativa de AAL, los ácidos grasos Omega-3 de origen vegetal, que el cuerpo necesita pero no puede producir" como nos apuntan en la web de Nueces de California.
Por su lado la Pasta Garofalo posee una calidad y textura asombrosa de pasta seca de trigo, que mantiene todas sus propiedades nutricionales gracias a su minucioso y artesano proceso de elaboración.
Como veis contamos con un dueto de protagonistas de lo maás beneficiosos para la salud y para colmar nuestros paladares y arreglarnos una comida rápida con un resultado espectacular. No hay excusas, si te gusta la pasta aquí tienes un caballo ganador. ¡Mandiles arriba!
Ingredientes (2 personas)
150 grs de Penne Ziti Rigate Garofalo
50 grs de Nueces de California
200 grs de pollo (pechuga o contramuslo)
100 ml de leche evaporada
Ralladura de naranja
Tomillo fresco
2 dientes de ajo
Queso Parmesano rallado
Sal, pimienta negra y Aceite de Oliva
Agua para cocer la pasta
Tiempo
20 minutos
Duelo de ingredientes de primerísima calidad..
Limpiamos el pollo y lo cortamos en trozo de bocado. Los salpimentamos generosamente (o al gusto, que yo soy un apasionado de la pimienta). Picamos finamente los ajos y los sofreímos ligeramente en una sartén con un poco de aceite.
Cuando saquen su perfume a relucir añadimos el pollo y lo salteamos a fuego vivo. Que vaya cogiendo color. Incorporamos las nueces ligeramente troceadas.
Sacamos las hojitas de tomillo de la rama y las añadimos a la sartén, que vayan soltando su aroma. En ese punto incorporamos la leche evaporada, la ralladura de la naranja y dejamos cocinar todo el conjunto suavemente unos minutos.
Cocemos en una olla con abundante agua y sal (NADA DE ACEITE) la pasta hasta que esté al dente.
Pasamos los penne rigate directamente de la olla a la sartén con ayuda de una espumadera y añadimos si fuese necesario, algo del agua de cocción a la salsa. Mezclamos todos los ingredientes con suavidad, dejando que se relacionen entre ellos, que se conozcan, que se fusionen con naturalidad...
Servimos en platos hondos, espolvoreamos un poco de Parmesano rallado y decoramos con una ramita fresca de tomillo (ligeramente humedecida en aceite de oliva). Y no hay más. Una receta fantástica y sencillísima que te sacarán de más de un apuro.
¡Que aproveche, hitchcookian@s!
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