Tipos de pescados ahumados
Hay diversos pescados que se pueden ahumar y que tenemos en nuestras costas. Por lo que tener algunos de ellos es factible en todas las épocas del año. Los pescados ahumados más tradicionales que conocemos son el salmón, las truchas, los arenques o el bacalao. De entre estos, podemos destacar el salmón ahumado, fuertemente popular.
Este pescado ahumado es un alimento rico en vitamina D, B3, sodio, hierro, fibra, calcio y otras proteínas. Se recomienda para toda la familia, y sobre todo, para los que están en periodo de crecimiento, es decir, en la niñez y adolescencia. Si bien no es bueno abusar del salmón ahumado en la dieta.
El salmón en general tiene muchas propiedades, pues además de las vitaminas y proteínas que hemos destacado, también ayuda a regular el sistema circulatorio y a reducir el colesterol.
Color y sabor
Para saber cuándo estamos ante un pescado ahumado de calidad debemos fijarnos en el color y sabor, algo que ya sucede a la hora de hablar de pescados en general. Por ejemplo, el color es algo más oscuro que el pescado sin ahumar y conserva los nutrientes que ya tenía antes del proceso de ahumado. Por otro lado, el sabor de estos tipos de pescado suele ser algo más seco y llegar a ser salado, un factor que gusta a muchas personas pero a otras no. De todas maneras, este sabor salado puede contrarrestrarse con la mezcla de otros alimentos.
Cómo comer el pescado ahumado
En ocasiones especiales, los pescados ahumados triunfan. En invierno, por ejemplo, pueden mezclarse en sopas calientes para dar un toque especial a la sopa. En verano, es fácilmente combinable en ensalada, pasta o bien con tostas. En este caso, los podemos mezclar con quesos algo bajos en grasa y frescos y con margarina. Quedan muy bien las brochetas de salmón ahumado con pescado, o los rollitos de atún ahumados, pues suelen gustar a los invitados. Mientras que los carpaccio de bacalao/atún o salmón ahumado con especias, puede ser perfectamente un primer plato muy completo.