Cualidades:
Su cuerpo es muy fino, alargado, muy comprimido y sin escamas.
Su color es plateado, debido a la guanina en su piel. Su consistencia es viscosa en todo el cuerpo.
En Japón se utiliza para preparar Sashimi. En Tailandia se sirve frito y es un plato muy apreciado. En Vietnam se consume desecado.
Al sacarlo del agua tiene un tono azul acero que al cabo de un rato pasa a ser gris plateado.
Su carne es blanca, muy firme y muy apreciada por su excepcional calidad, resultando al paladar suave y jugosa.
En esta ocasión lo hemos preparado con un adobo como el “pescaito frito” andaluz y el resultado ha sido soberbio.
INGREDIENTES:
-1 pez sable de 1 kg aprox.
-1 cucharada de orégano.
-1 cucharadita de comino.
-1 cucharada de pimentón.
-8 dientes de ajo.
-1/2 vasito de vinagre de vino blanco.
-Harina para rebozar.
-Aceite para freír.
PREPARACIÓN:
Lavar y secar bien los trozos de pescado. Poner en un recipiente de cristal hermético.
En un bol pequeño mezclar los ajos machacados con el orégano, el pimentón, el comino y el vinagre, batir hasta que se mezcle. Verter sobre el pescado y mover para que se impregnen bien todos los trozos. Tapar herméticamente y meter en el frigorífico durante al menos un día. Moviendolo un par de veces.
Poner una sarten al fuego con aceite. En una bolsa para congelados poner 4 cucharadas de harina y rebozar los trozos de pescado cerrando la bolsa con aire y agitándola para que los trozos se cubran de harina.
Poner en la sarten y dorar por los dos lados.