"En los recuerdos de la infancia de un buen cocinero hay una gran cocina, una estufa, una olla a fuego lento, y una madre"
Barbara Costikyan
INGREDIENTES
Un diente de Ajo
Dos o tres Tomates de buen tamaño
Una Cebolla
Dos o tres Pimientos Verdes, dependiendo del tamaño.
Dos Huevos
Aceite de Oliva Virgen
Un Chorreón de Vinagre
Una Lata de Atún en Conserva (preferiblemente Ventresca)
Una rebanada de Pan de pueblo.
Sal Gorda
ELABORACIÓN
Pelamos los Tomates, escaldándolos anteriormente unos segundos en Agua caliente
Pelamos la Cebolla, el Ajo y limpiamos los Pimientos verdes.
Lavamos los ingredientes.
Picamos en forma de daditos pequeños todas las verduras.
Cocemos los Huevos y quitamos la cascara una vez enfriados.
Seguidamente separamos las Yemas de las Claras
A continuación hacemos un Majao con el diente de Ajo, la rebanada de Pan remojado en agua, uno de los Tomates troceados y las Yemas de los dos Huevos.
Ya todo bien majao le vamos añadiendo poco a poco el Aceite de Oliva.
Así que por un lado tenemos; el picado de Cebolla, los Pimientos Verdes y el Tomate y por otro lado el Majao.
Ahora se trata de mezclarlo todo muy bien y ponemos a punto de Sal, Aceite y Vinagre.
Picamos las Claras y las extendemos sobre la ensalada, añadimos el Atún y si consideramos algo más, abajo en el capítulo de observaciones dejo algunas variantes que podemos utilizar, según nuestras preferencias.
Buen Provecho
Dornillo de Madera
OBSERVACIONES
Comino como más no guste; en granos o molido, Orégano, Aceitunas aliñadas partidas, Aceitunas con Anchoas, Pepinos, Pimientos Asados...
En el majao; Pimiento Verde y hay quien le echa una cucharadita de café con Pimentón.
Cuando se hace en un Dornillo de madera, según la tradición se junta con medio ajo las paredes del mismo.
Otros Pescados que pueden servir de acompañamiento de la Pipirrana son la Caballa, Sardina y el Bacalao.
Amaranta
.. calzó de viento ...
Góngora
Rubios, pulidos senos de Amaranta,
por una lengua de lebrel limados.
Pórticos de limones, desviados
por el canal que asciende a tu garganta.
Rojo, un puente de rizos se adelanta
e incendia tus marfiles ondulados.
Muerde, heridor, tus dientes desangrados,
y corvo, en vilo, al viento te levanta.
La soledad, dormida en la espesura,
calza su pie de céfiro y desciende
del olmo alto al mar de la llanura.
Su cuerpo en sombra, oscuro, se le enciende,
y gladiadora, como un ascua impura,
entre Amaranta y su amador se tiende.
Gitana
José García Ramos