Receta para hacer pisto manchego
El pisto manchego, o más conocido simplemente como pisto, es un plato típico de la gastronomía española que consiste en una fritada de diversas verduras entre las que no puede faltar el tomate. Su composición varía notablemente de unos lugares a otros. En Cocina Casera podéis encontrar otras versiones de esta receta de pisto manchego.
Es este un plato que se suele consumir tanto frío como caliente, acompañado, mayormente, de huevos fritos, embutidos y de un buen pedazo de pan, a ser posible, casero. Pero también lo podéis emplear para servirlo junto a un filete de carne o pescado a la plancha, mezclarlo con un poco de arroz o pasta, como relleno para una empanada, o como cobertura de una deliciosa pizza. El abanico de posibilidades es muy amplio. Un ejemplo de sus posibilidades es nuestra receta de atún con pisto de verduras.
Por la naturaleza de sus ingredientes, el pisto es más propio prepararlo durante los meses de verano, que es la época en la que mayor abundancia de verduras tenemos a nuestra disposición. Sin embargo, en la actualidad tenemos disponible, durante buena parte del año, un buen surtido de verduras, por lo que os animo a que disfrutéis de esta saludable elaboración en cualquier momento, y os beneficies así de sus grandes cualidad nutricionales.
A pesar de que la mayoría de recetas cocinan los ingredientes del pisto en una sartén, yo os propongo una alternativa; cocinar parte de ellos en el horno. Si horneamos los pimientos, y les quitamos la piel, este plato ganará en sabor, ya que el aroma de las verduras horneadas difícilmente se consigue haciéndolas en la sartén. Incluso la cebolla y los calabacines se puede asar. Luego es cuestión de poner todos los ingredientes asados en la sartén, añadir la salsa de tomate y cocinar el conjunto durante unos minutos.
Y dicho todo esto, ha llegado la hora de meternos en faena, ¡comenzamos!Vídeo de la Receta
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Ingredientes [Para 4 personas]:
Tomate - 1 kilo
Calabacín - 3 unidades
Pimiento verde - 1 unidad
Pimiento rojo - 1/2 unidad
Cebolla roja - 1 unidad
Sal - al gusto
Azúcar - 1 cucharada pequeña
Aceite de oliva - 4 cucharadas grandesElaboración de la Receta
En primer lugar, pelamos la cebolla y la picamos en trozos pequeños. Para esta receta he elegido una cebolla morada, ya que me encanta el color que aporta a los platos, pero podéis usar el tipo de cebolla que tengáis a mano. Incluso podéis cambiar la cebolla por puerro, o, directamente, no ponerla, en el pisto podemos variar la mayoría de ingredientes a nuestro antojo.
Calentamos aceite de oliva en una sartén y echamos la cebolla. Pochamos, a fuego medio, para que se vaya ablandando. Es muy importante hacer uso de un aceite de oliva virgen extra, ya que obtendremos así un plato con un extra de sabor.
Cortamos en trozos medianos el pimiento verde, y el medio pimiento rojo, y los añadimos a la sartén junto con la cebolla. Continuamos cocinando a fuego medio.
A continuación, cortamos los calabacines por la mitad y, a su vez, cortamos éstas en trozos grandes.
Cuando la cebolla y los pimientos están tiernos, añadimos a la sartén los calabacines troceados. Continuamos cocinando.
Por último, procesamos los tomates. Para ello, podéis escaldarlos para pelarlos con facilidad, o, como hemos hecho en esta receta, los cortamos en trozos y los ponemos en el vaso de la batidora americana para triturarlos y obtener un puré. A continuación, hacemos pasar dicho puré a través de un colador de malla fina para quitar las pieles y las semillas.
Una vez que las verduras están tiernas, añadimos a la sartén el puré de tomate que acabamos de filtrar. Echamos la sal, y el azúcar, que nos ayudará a reducir la acidez del tomate. Continuamos la cocción hasta que gran parte del líquido se haya evaporado y nos quede una salsa de tomate más concentrada.
Retiramos del fuego y servimos de inmediato.
Anotaciones y Consejos
Las cantidades de los ingredientes de esta receta podéis variarlas a vuestro gusto, del mismo modo, os invito a que cambiéis los ingredientes que no sean de vuestro agrado por otros que os gusten. Si os gustan las especias y las hierbas aromáticas, haced uso de ellas, por ejemplo, se puede añadir una pizca de pimentón dulce, un poco de cúrcuma, pimienta negra molida, unas ramitas de tomillo, romero, etc.
El tamaño del corte de los ingredientes queda a vuestra elección. En mi caso, he procesado los calabacines de un tamaño más grande que el resto de ingredientes, ya que de este modo su presencia en el plato es mayor, lo que hace que destaque su cremosa textura.