Un guiso no muy habitual pero tampoco demasiado raro: don Google nos ofrece 279.000 resultados de lentejas con conejo en 0,37 segundos, lo que no está nada mal. Es un plato nutritivo y sabroso, fácil de preparar y muy satisfactorio de degustar, ideal para estos días en que, al menos por estas latitudes, empiezan a apetecer las comidas de cuchara reconfortantes y que nos aporten las calorías que el clima nos niega. Tampoco tantas, dejad tranquila la calculadora: unas 430, o sea, hacia el 20% de la Ingesta Diaria Recomendada, así que a disfrutar de este rico potaje sin complejos. Yo aconsejo utilizar paletillas de conejo, aprovechando que la industria cárnica nos ofrece la posibilidad de elegir el corte que prefiramos: es una carne tierna y jugosa y con muy poca grasa, de sabor suave y delicado que combina muy bien con esta mezcla de verduras y legumbres.
Ingredientes parea cuatro personas
350 gr de lentejas
8 paletillas de conejo
1 puerros
1 cebolleta
2 zanahorias
1 pimiento verde
Dos tomates
Dos patatas medianas
2 dientes de ajo
Un vaso de vino blanco
1 litro de caldo de verduras (sobrará)
Sal
Pimienta
2 hojas de laurel
1/2 cucharadita de pimentón
Aceite de oliva
Lavamos, pelamos y cortamos en juliana muy fina las verduras y los ajos, (del tomate retiramos las semillas) y lo ponemos todo a pochar, a fuego suave, en una cazuela con un `par de cucharadas de aceite de oliva y un poco de sal.
Limpiamos la carne de conejo de la grasa que pudiera tener, y si vamos a utilizar paletillas las cortamos en tres trozos cada una. Las salpimentamos y las doramos ligeramente en una sartén con aceite de oliva y a fuego vivo. Retiramos a una fuente con papel de cocina para que absorba el exceso de aceite y reservamos.
Cuando las verduras estén pochadas añadimos las lentejas (no hace falta tenerlas en remojo) mezclamos bien, salamos y dejamos rehogar unos minutos.
Añadimos el pimentón y mezclamos, regamos con el vino y dejamos evaporar.
Agregamos ahora el conejo y las hojas de laurel, cubrimos con el caldo hirviendo y dejamos a fuego suave hasta que las lentejas estén tiernas, unos cuarenta minutos, según las lentejas y la potencia del fuego. Vigile que no se queden secas, pero no tienen que quedar demasiado caldosas.
Comprobamos de sal, apagamos el fuego, dejamos reposar unos minutos y servimos.