Esta es una de las ideas de las que más orgullosa me siento. A decir verdad, los profiteroles no es una cosa que me vuelva loca, hay miles de postres que elegiría antes que ellos, aunque también es verdad que nunca los había probado caseros. También es cierto que soy más de salado que de dulce, y por eso pensé en que podía usar la masa de profiteroles para hacer un aperitivo original.
La masa de profiteroles la he cogido del blog Kanela y Limón, blog del que ya os he hablado otras veces y en el que confío plenamente, y una vez más acerté.
Ingredientes
60g de mantequilla
200ml de agua
100g de harina
3 huevos
Semillas de amapola (opcional)
Para rellenar: crema de chorizo
Al lío:
Poner al fuego el agua y la mantequilla hasta que hierva.
Retiramos del fuego y añadimos de golpe la harina y removemos con una cuchara de madera sin parar. Al principio pensaréis que es imposible que eso pueda unirse y que os habéis equivocado en algún paso, pero no perdáis la esperanza porque al final sí se queda una masa lisa.
De la pastufla al éxito
Sabremos que está lisa cuando se separa de los bordes del recipiente.
Pasamos la masa a un recipiente limpio y esperamos a que se enfríe un poco, después le añadimos los huevos batidos y seguimos removiendo como antes. Es posible que también penséis que la masa no puede chuparse todo el huevo, pero al final sí se incorpora bien, y la masa se volverá brillante. Sabremos que vuelve a estar lista cuando la cuchara de madera se nos quede clavada y no se caiga.
Con una manga pastelera (la mía era de punta de estrella porque era la que tenía a mano, pero puede ser cualquiera, incluso una bolsa de plástico con un agujerito en la punta) vamos poniendo bolitas iguales de masa (que incluso triplicarán su volumen) sobre una placa de horno con papel antiadherente algo separadas para que no se peguen entre ellas.
Decorar con semillas de amapola (opcional) por encima.
Ponemos en el horno precalentado a 170ºC unos 20 minutos, y después los dejamos dentro del horno unos 15 minutos para que no se bajen.
Pasado el tiempo, los sacamos del horno y los dejamos enfriar.
Monísimos de la muerte
Se cortan por la mitad y se rellenan.
Bon profit!
Notas:
Se pueden rellenar de cualquier otra cosa, así de pronto se me ocurre que también le iría bien el paté con mermelada, la sobrasada con miel, salmón con queso crema y eneldo... el límite está en vuestra imaginación.
Próximamente os pondré la misma receta, pero los profiteroles serán verdes (y ¡sin colorantes artificiales!).