Aunque la salsa esté hecha a base de guindillas, no queda picante en exceso, puesto que a una de ellas le quitamos las semillas. Si lo queréis más picantes, podéis dejar las semillas en las dos. Yo he usado guindilla nacional, aunque también tenía en casa otro tipo de guindillas más fuertes, pero creo que es la que le va mejor a la receta.
Ingredientes: (2 personas)
2 lonchas de queso Provolone.2 guindillas frescas.
1 c/s de aceite de oliva.
6 c/s de miel.
Lo primero que hacemos es quitar las semillas de una de las guindillas, y ahora cortamos las dos guindillas en trozos grandes.
Las ponemos en un cazo al fuego con la miel. Cuando empiece a burbujear apagamos el fuego y dejamos reposar.
En la plancha o en una sartén bien caliente, ponemos el aceite de oliva y marcamos el queso por ambas caras.
Servimos el queso aún caliente con la salsa de guindillas y miel por encima.
Probadlo y me contáis, es una auténtica delicia.