El verano no solo es tiempo de playa, también de pícnics y comidas en la montaña. Para esas ocasiones nada mejor que una tarta salada para compartir. Las quiches están riquísimas en cualquiera de sus versiones, pero esta de brócoli y champiñones es el complemento perfecto para carmes o como plato único.
¿Qué necesito?
masa quebrada
1 ramillete pequeño brócoli
12 champiñones
1 huevo + 1 yema
125 ml. de leche
125 ml. de nata (crema de leche)
100 gr de queso emmental rallado
aceite de oliva
sal
pimienta
¿Cómo lo hago?
En un molde apto para horno colocamos la masa quebrada y la pinchamos con un tenedor. Si deseamos ahorrar tiempo, mientras preparamos el relleno, podemos realizar una cocción en blanco de la masa, cubriéndola con papel de horno y garbanzos secos y horneándola a 180º durante 15 minutos.
Cortamos el brócoli en ramilletes muy pequeñitos y lo cocemos en agua con sal 5 minutos. Por otro lado, cortamos cada champiñón en cuatro trozos y lo salteamos en una sartén con un chorrito de aceite de oliva.
Colocamos los champiñones y el brócoli bien seco sobre la masa quebrada. Agregamos el queso rallado y removemos todos los ingredientes con cuidado ayudándonos de una cuchara.
Ahora mezclamos el huevo, la yema, la leche y la nata (crema de leche) con la batidora eléctrica y salpimentamos la mezcla. Por último, incorporamos el líquido a la quiche y la horneamos durante unos 30 minutos hasta que esté ligeramente dorada. Si hemos optado por no precocinar la masa, el horneado será de 45 minutos y necesitaremos aumentar ligeramente la temperatura.