¡Buenos días! Hoy como aún tenemos tiempo hasta la hora de comer, os proponemos este plato, con una carne que nos encanta tanto en guiso como a la plancha (!y a nuestras hijas también!), como es el cordero.
Ingredientes para 4 personas.
500 gramos de cordero (punta, cuello).
1/2 cebolla.
2 ajos
1 cucharada de pimentón dulce.
2 cucharadas de tomate frito.
1/2 vaso de vino blanco.
1 chorrito de aceite de oliva.
1 vasos de agua.
1 hoja de laurel.
Sal y pimienta.
Guarnición aconsejada: patatas
Preparación:
Si no está cortado, lo primero seria cortar el cordero en trozos, nosotros habitualmente usamos cuello y/o puntas de costilla porque son cortes muy sabrosos y muy bien de precio, pero se puede adaptar a otros, incluso hacerlo con paletilla, con lo cual la receta ya sube de nivel ;).
Se dora bien el cordero con un poquito de aceite para que desprenda toda la grasa, y se escurre bien, esta primera grasa, mejor eliminarla para que no quede el plato demasiado graso, en esta fase se salpimenta un poco.
Ahora añadimos la cebolla, previamente cortadita en trozos pequeños, con otra gota de aceite de oliva, un segundo después añadimos los ajos troceados, la hoja de laurel, y cuando la cebolla esté bien pochada (textura transparente) se añade una cucharada de pimentón dulce, 2 de tomate frito, un chorro de vino blanco (medio vaso).
Se deja evaporar bien el vino y se añaden las patatas (nosotros las hacemos en taquitos de menos de 2 cm), remover para mezclar bien con el resto y luego agua hasta que cubra (hemos puesto un vaso en los ingredientes, pero habrá que revisar).
Hacer chupchup hasta que estén cocinadas, dependiendo del tipo de patatas unos 20 minutos, pero mejor probarlas o al menos usar el cuchillo para ver su textura. Cuando estén las patatas, se saca con cuidado y se come ;). Hay que tener cuidado ya que si lo hemos hecho bien, la carne estará super sabrosa y puede que se vaya despegando del hueso.
Este es un guiso con olor y sabor a esos guisos de la abuela que tanto nos gustaban, ¡espero que lo disfrutéis!
Un abrazo,
Mónica