Antes de empezar el post me gustaría avisar de que no dispongo de fotografías de los platos degustados. No iba con intención de hacer crítica del restaurante en The Traveller Cook, pero, tras la experiencia, creo necesario hacer una entrada en el blog acerca del Restaurante Hotel Gran Bilbao.
Después de una agradable mañana en el festival fotográfico Bilbao Photo Experience que se ha celebrado este fin de semana en Bilbao, conrectamente en el Hotel Gran Bilbao (4 estrellas), fuimos a comer en buena compañía al restaurante del hotel, situado en la planta -1 del edificio, el cual goza de muy buenas opiniones y críticas en TripAdvisor, así como en la opinión general de los asistentes al Photo Experience de Bilbao (En noviembre creo que era, el festival llegará al Auditorio de Medina del Campo, Valladolid).
Entremos en contexto: eres el asistente al mayor festival fotográfico que se hace en Bilbao, que se celebra, supuestamente, en uno de los mejores hoteles de la ciudad, de 4 estrellas, y has venido expresamente desde fuera para pasar 2 noches en la capital bizkaina. Te alojas en una habitación que corta el aliento, maravillosa, el servicio de habitaciones está contínuamente atento de que no te falte de nada y bajas a comer a un restaurante con las espectativas de que esté al mismo nivel que lo visto hasta ahora. (Aclaro que yo no me alojé en el hotel, si no compañeros que comieron conmigo ese día). Y lo que viene a continuación es una comida que te sorprendería si fuera el menú del día del restaurante de enfrente de casa (Suponiendo que enfrente de casa no tengáis DiverXo, Aponiente, ABaC o similares...), el de barrio de toda la vida, al que vas a celebrar el día de la madre o del padre, a echar unas risas, y sales más a gusto que yo que sé.
Nos sentamos a la mesa y lo primero que nos traen es el aperitivo del "chef", un supuesto salmorejo con una tierra de aceituna negra por encima. Por lo que se comentó en la mesa (esa era mi primera visita al restaurante), era el mismo aperitivo que dieron el viernes y el sábado, lo que no tiene mucha importancia, pero por añadir el dato. Sabía a aceite de oliva virgen extra que echaba para atrás, al beber un sorbo largo (lo sirvieron en vaso de chupito) picaba en la garganta, y, para colmo, estaba bastante saladete. He de suponer que al servir el mismo aperitivo los dos días anteriores se verían escasos de salmorejo, y decidieron alargarlo con más aceite y muy poca cantidad de tomate (el ajo imperceptile).
De primero decidí tomar un ravioli de hongos, que resultó ser un canelón. Cuando vas a vender un plato tienes que venderlo bien, no me digas ravioli de hongos pues espero pasta rellena de hongos, ya sea wonton (pasta china), normal o de masa brick, como fue el caso, pero de un tamaño apropiado para llamarlo ravioli. De todas formas, eso es más cuestión de marketing que de otra cosa, lo importante aquí era el relleno, una bechamel de hongos que, desgraciadamente, sabía a harina cruda, bastante pastosa también. La decoración, una lágrima de crema de hongos (riquísima, y aquí tenemos el problema, que guste más la guarnición/decoración que el elemento principal), una rúcula frita, seguramente, en aceite de más de un uso, pues sabía a comida china, a todo menos a rúcula frita, y una gotita de salsa agridulce más agria que dulce, se pasaron con la cantidad de vinagre.
Seguí con un "taco" de entrecôte, y volvemos a la misma, al nombre le sobraba el "taco", pues era un filete de entrecôte a la parrilla normal y corriente, gomoso y duro, que al menos estaba cocinado al punto. Me recordó a cuando de pequeño tenía que comer miga de pan junto con la carne para que no se hiciera bola y poder tragarla. Me decepcionó de verdad, joe, yo que esperaba más de un menú de fin de semana que IVA incluido te sale a 30,00 €, mala relación calidad/precio, de verdad.
El postre, lo que ya esparaba que fuera la mejor parte de la comida, una torrija caramelizada que sabía a mantequilla que echaba para atrás (suele caramelizarse en sartén con mantequilla y azúcar juntos, muy calientes, o, en su defecto, con azúcar y soplete, sin llevar mantequilla en su elaboración), acompañado de un helado que llegó derretido por lo que no pude degustar, ni quise.
Como cocinero, cuando soy comensal en un restaurante me gusta pensar en lo que hay detrás de las paredes en las que ponerse frente al plato y criticar es muy fácil, y detectar los errores que también yo puedo cometer durante los servicios, por eso busco dar opiniones y críticas objetivas, y pensar que tuvieron un mal día. Hay que tener en cuenta que era una mañana de domingo, cuando ya todos estamos agotados y deseando que llegue nuestro día libre, teniendo en cuenta que el sábado, en Mayo, habremos tenido comuniones y bodas para dar y regalar (es muy curioso ver que es en sábado cuando más comuniones se están dando, es mi primer año de cocinero, siempre pensé que los domingos eran el día fuerte, pero parece ser que estaba equivocado), pero fuera de la cocina hay un cliente esperando que demos lo mejor de nosotros. Seguramente vuelva, y le de una segunda oportunidad, esperando que el nivel sea diferente al que se vio el domingo.
RESTAURANTE HOTEL GRAN BILBAO **** : Calle Indalecio Prieto nº1
PRECIO MEDIO A LA CARTA POR PERSONA: 30,00 €
PRECIO MENÚ FIN DE SEMANA POR PERSONA: 27,00 € + IVA
PRECIO MENÚ "EMPRESAS" POR PERSONA: 22,50 € + IVA
VALORACIÓN PERSONAL: 2/5 TENEDORES
LEYENDA DE VALORACIONES PERSONALES:
Dado que The Traveller Cook es un blog gastronómico y de viajes, los niveles de valoración están pensados teniendo en cuenta ambos conceptos: comer y viajar
¿ALGUNA VEZ HABÉIS ESTADO EN ESTE RESTAURANTE? ¿QUÉ OPINIÓN OS MERECE?