El matrimonio Freixa-Riera/ Fuente: Gastroeconomy.com
32 años de cocina catalana dan los últimos coletazos de vida, el restaurante barcelonés en el que Ramón Freixa se formara, anuncia su cierre por jubilación. “Hemos cerrado nuestro círculo profesional, innovando primero, revindicando la tradición después y sabiendo que a nuestro hijo ya no hay quien lo pare” señalan Josep Maria Freixa y Dori Riera, padres del biestrellado cocinero.
Coincide con una semana histórica para la gastronomía catalana, que pierde este fin de semana dos de sus emblemáticos restaurantes. Solo un día antes que Freixa Tradició pondrá fin a su larga carrera el Sant Pau de Carme Ruscalleda.
“Nos dirigimos a todos vosotros, clientes, proveedores, gourmets, periodistas, amigos todos, para comunicaros que, después de 60 años detrás de los fogones y de 32 años al frente, primero de El Racó d’en Freixa y, después, del Freixa Tradició, Dori y yo, Josep Maria, hemos decidido iniciar una nueva etapa personal, ya fuera de la primera línea de la restauración”, declaraba el matrimonio barcelonés al portal de información enconómico-empresarial sobre gastronomía, Gastroeconomy. “Cerramos nuestro restaurante, Freixa Tradició, para disfrutar de nuestra jubilación, que creemos que ya nos toca después de tantos años y tanto esfuerzo”
El que ahora se llama (por poco tiempo) Freixa Tradició nece hace 32 años como El Racó den Freixa, en Barcelona para 2 años después, en 2018, el matrimonio catalán lograra la primera estrella michelín para su restaurante. Una nueva etapa se abre con la incorporación de su hijo, Ramón Freixa, que siguió y amplificó el trabajo que se llevaba haciendo en el ahora Freixa Tradició, desde un nuevo enfoque de la gastronomía. En 2009, Ramón Freixa abandona la cocina en la que se formó para mudarse a Madrid, dónde abriría su propio restaurante de alta cocina en el Hotel Único.
A la vez que Ramón Freixa se hacía un hueco en la cúpula culinaria nacional tras haber logrado dos estrellas michelín, El Racó den Freixa se lava la cara y acoge el nombre con el que ahora se le conoce en Barcelona, perdiendo así su única estrella. Poco les importó, pues el matrimonio había decidido “volver a la cocina de la tradición, a las bases de la cocina catalana que tanto hemos querido” y dejar en manos de su hijo la gastronomía vanguardista que tanto prestigio y reconocimiento le estaba dando.
La sede de Freixa Tradició se traspasa ahora a un grupo hostelero con negocios en Barcelon que mantendrá una apuesta por una cocina catalana, aunque algunos objetos se mudarán a Ramón Freixa Madrid. “Es inevitable sentir un poco de nostalgia; pero la parte nostálgica de las sartenes de cobre, la plata marcada y muchos cachivaches comprados durante más de 30 años viajan a Madrid y estarán en mi restaurante”, comenta el cocinero. “La cocina de Ramón Freixa Madrid lucirá esa parte de tradición de mis padres”.