Un día quise darle a las pechugas de pollo un toque diferente que le gustara a los niños. Así que sabía si les ponía jamón y queso no podía fallar. Pero claro, ¿cómo junto yo el filete de pechuga, el queso y el jamón York?, pensé yo. Pues nada, le hacemos un rollito y ya está. En aquella primera ocasión los filetes de pechuga eran grandotes, así que no me bastó con un palillo, tuve que poner 2; y pensé que si lo partía a la mitad sería más fácil de comer para los niños.
Y realmente no me equivoqué. Me salieron fantásticos y desde entonces los he hecho varias veces. Dan un poco más de faena que simplemente empanar los filetes, pero la cara de satisfacción de mis hijos hace que valga la pena.
Una cosita nada más. Este plato está puesto como principal porque en mi casa me arregla una cena (o comida) comiéndote 3 (o 4, que están muy buenos), pero uno solo podría perfectamente arreglar como una tapa y vais a quedar como unos marqueses. Os dejo ya con la receta.
Ingredientes
Pechugas de pollo fileteadas
Queso en lonchas
Jamón dulce o York
Unos palillos para sujetar los rollitos
Harina, un huevo, leche y pan rallado para el rebozado
Elaboración
Hacer estos rollitos es realmente muy fácil. Ponemos un filete de pechuga de pollo. Le ponemos encima media loncha de queso, que quede como un rectángulo. Y encima, un poco de jamón dulce.
Enrollamos con la mano y para sujetar el rollito clavamos un palillo. Si el filete de pechuga es grande podemos poner 2 palillos, uno al lado del otro y hacemos un corte por la mitad con un cuchillo afilado. ¡Tachán, oferta 2x1 en rollitos! Así los vamos preparando.
Batimos el huevo bien y le añadimos un poco de harina. Mezclamos bien con unas varillas manuales o un tenedor hasta que nos quede una mezcla líquida espesa. Después le añadimos un chorrito de leche (un poquitín nada más) para hacer más líquida la mezcla. Esto hará que al meter los rollitos cojan menos rebozado pero esté más crujiente.
Ponemos una freidora o una sartén con abundante aceite a calentar. Fuego fuertecillo, pero se tienen que hacer bien por dentro, así que no os paséis de fuerte que sino se quemarán por fuera antes de que estén hechos por dentro. Yo no uso freidora, así que pongo una sartén pequeña con bastante aceite.
Cada rollito lo pondremos en la mezcla de rebozado, lo pasamos por pan rallado y a la sartén. Así de sencillo. Cuando estén dorados por todos los lados, los vamos poniendo en un plato o fuente con papel absorvente para escurrir el exceso de aceite.
¡A los niños les encantan!