Lo cierto es que si tienes poco tiempo de cocinar, pero no puedes evitar hacerlo, esta es una receta que te salvará la vida porque es muy fácil, se hace en un santiamén y queda muy, muy rica.
Ingredientes:
1 lomo de salmón,
1 naranja,
1/2 cebolla,
mantequilla y aceite de girasol,
200 ml. de nata (crema de leche),
sal y pimienta,
piñones y sésamo con wasabi.
Empezamos cortando en trozos el lomo de salmón. Dependiendo del tamaño te saldrán más o menos piezas. Nuestro salmón era pequeño así que lo cortamos en tres buenos pedazos. Salpimentamos los lomos y los sumergimos en una marinada hecha de la ralladura de la naranja y su zumo y la cebolla bien picadita.
Veinte minutos después ponemos los piñones a tostar en una sartén sin nada de grasa y cuando tomen color y empiecen a soltar su aroma los retiramos y reservamos.
Escurrimos el salmón de la marinada y lo marcamos, a fuego fuerte y por ambos lados, en una plancha con una nuez de mantequilla y unas gotas de aceite de girasol. El aceite de girasol nos sirve para evitar que se queme la mantequilla en la plancha. Cuando nuestro salmón esté dorado por fuera, pero poco hecho por dentro, lo retiramos de la plancha y reservamos.
En una sartén, a fuego medio, ponemos la marinada donde ha estado sumergido el salmón a reducir. Cuando esté reducida a la mitad añadimos la nata (crema de leche) y dejamos evolucionar durante unos tres minutos. Introducimos en la salsa las piezas de salmón y las dejamos 3 minutos más. En este tiempo acabarán de cocinarse por dentro y alcanzarán la temperatura adecuada.
Los decoramos añadiéndoles encima los piñones que habíamos tostado y unas semillas de sésamo con wasabi. Si no encontráis esas semillas o no os gusta el picante, no os preocupéis en absoluto, son totalmente prescindibles y opcionales
Podemos llevarlos a la mesa en una fuente o emplatarlos acompañados de patata cocida, unas cucharadas de quinoa o arroz salvaje.
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