Ingredientes:
Sardinas (500 gr)
Harina de trigo duro
Vinagre de vino blanco o de manzana (1 vaso)
Agua (1 vaso)
Aceite de oliva (150 ml)
Limón (1)
Ajo (2-3)
Laurel (2 hojas)
Azafrán (20-25 hebras)
Sal
Pimienta negra
Perejil fresco
Preparación:
Limpia las sardinas: quita la cabeza, eviscera, repasa el vientre, quita las escamas y enjuagalas.
Sazona y pasa por harina de trigo duro. Si pasas por un colador o sacudes las sardinas una a una retirarás el exceso de harina.
Fríe en aceite bien caliente un minuto por cada lado.
Retira las sardinas a un recipiente de cristal con tapadera.
Tritura en el mortero los ajos y el azafrán con un poco de sal y pimienta. Añade un poco de aceite de oliva.
Incorpora 2 hojas de laurel a las sardinas.
Vierte el majado sobre las sardinas.
Añade un vaso de vinagre y otro de agua. Remueve para que se mezcle todo bien.
Tapa y deja al menos hasta el día siguiente.
A la hora de servir decora con las rodajas de limón, el propio escabeche y unas hojas de perejil fresco.
Las sardinas te las puede limpiar el pescadero si le caes simpático-a.
Sazona y pasa las sardinas por harina de trigo duro.
Se tamizan las sardinas o se sacuden para que pierdan el exceso de harina.
Las sardinas se fríen apenas un minuto por cada lado (estas son pequeñas).
Tras freírlas se introducen en un recipiente de cristal, si es posible con tapadera para conservarlas en él.
En el mortero majamos un par de ajos, unas cuantas hebras de azafrán, sal y pimienta.
Una vez hecho el majado se remoja con un chorro de aceite de oliva.
Echamos el majado sobre las sardinas junto a un par de hojas de laurel.
Se le añade un vaso de vinagre de vino blanco o de manzana y otro de agua.
Por último incorporamos unas cuantas rodajas de limón bien finas.
Tapa y a la nevera. Se conservará un montón de tiempo pero no durará mucho, te lo aseguro.
Sirve decorando con las rodajas de limón, el propio escabeche y unas hojas de perejil fresco.
Aquí os dejo con el vídeo de la preparación: